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Cultura  |  17 febrero de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

El tango y el bolero

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Ayer y hoy al compás del tango

Darío Tobón Montoya

En crónicas pasadas, nos hemos referido a la relación del tango con otros aires musicales: con el folclore argentino, el jazz, el rock y la ópera. Hoy le correspondió el turno al bolero. Esta relación ha sido bien estudiada. Un meritorio trabajo investigativo lo está haciendo un pereirano hace varios años, mi amigo y coleccionista Joel Valencia, con el propósito de convertirlo en un libro.

En la década de 1790, el oriente de Cuba se vio invadido por exiliados franceses procedentes de la zona occidental (hoy Haití) de la isla La Española. El resto de esta isla está ocupado por la republica Dominicana. Ellos eran portadores de una música que revolucionaria toda América Latina: la contradanza que, originada en la country dance inglesa, se había tomado los salones cortesanos y los lugares aristocráticos de Francia. A Francia le cedió España esa porción de tierra donde se cultivaba la caña de azúcar, trabajada por esclavos negros, que maltratados y sometidos a infames oprobios, se sublevaron en 1795, expulsaron a todos los habitantes franceses y dieron origen a Haití, el primer país libre de América.

En Cuba la contradanza, influida por música negra, da nacimiento a la Danza Cubana, más conocida como Habanera, que en la isla crea el Danzón, que se vuelve el bolero que hoy conocemos. Entre tanto la habanera pura es llevada y muy popularizada a Europa. En España ingresa a la zarzuela y la llaman Tango. En 1860 llega a Argentina: allí se hace famosa la habanera La Paloma, del español Sebastián Iradier quien también escribió la habanera El Arreglito, que Bizet tomó para su ópera Carmen. Mezclada a la milonga bailada y con influencia de la danza negra, se convierte en el Tango actual. En Brasil se transforma en la maxixa, ritmo bailable muy popular en Europa que se transforma en la samba brasilera. Tenemos entonces que el bolero cubano, el tango argentino y la samba brasilera, son parientes cercanos procedentes de un progenitor único: la habanera.

El bolero mexicano, la más notoria rama del bolero cubano, llega a Argentina en los años 30. Otras importantes ramas son: la puertorriqueña, la dominicana, la venezolana, la brasilera y la colombiana. La rama argentina con la orquesta de Don Américo y sus cantantes estrellas, Leo Marini y Hugo Romani, conmovieron mi juventud. En la Argentina el máximo difusor fue Alfonso Ortiz Tirado (1893-1960). Hace su primer viaje a Buenos Aires en 1933, provocando un alboroto incontenible en los medios artísticos. El compositor y director Joaquín Mauricio Mora, escribe un tango en homenaje al médico cantor, titulado Divina: “muñeca ven/ y cuéntame por qué/ llorás sin cesar en un rincón…/ parece que a tu corazón/ algún dolor quiere arrancarle”.

Ortiz Tirado hace varias giras a Buenos Aires. Con ellas se abre el camino para otros cantantes mexicanos: Tito Guisar, Pedro Vargas y Elvira Ríos, quien conmocionó con su voz de humo, subterránea, a principios de los 40. El bolero cubano ingresa a Argentina también en la década de 1930. El colombiano Efraín Orozco Morales, que en esos años triunfaba con su orquesta en Buenos Aires, fue uno de los grandes promotores de ese ritmo y de otros tropicales isleños. No hubo un personaje específico cubano en esa labor.

 El bolero se encontró con un aliado imprevisto: la censura del dictador general Ramírez de 1943 para el tango. Por la simpatía de Perón para los nazis (ver crónica previa), el cine argentino, gran difusor del tango, fue derrotado por el cine mexicano. Paralelamente se produjo la autocensura de los letristas de tango. Muchos como Bahr, Batistella y Manzi, escribieron boleros. Hugo del Carril, cantó muchos de ellos. Con el Club del Clan y la llegada de música extranjera, el bolero sigue manteniendo auge. En 1948, los hermanos Homero y Virgilio escriben Vete de mí, uno de los más lindos boleros de origen argentino.

En las últimas décadas, la relación tango- bolero se ha mantenido a través de canales que van de un lado para el otro. Ejemplos: muchos de los éxitos tangueros de Buenos Aires, primero fueron conocidos en otros países como boleros. Como hace poco lo escribí, el hermoso tango de Bardi No me escribas, impactó como bolero a toda la juventud americana (yo uno de ellos) en la voz de Julita Ross. Los asiduos concurrentes de bares y cantinas, consideraron superior como bolero la versión de Rolando Laserie del tango Las 40, de Francisco Gorrindo. El tango Tristeza Marina, de Sanguinetti y Dames, lo conocimos como bolero en las voces  de Leo Marini y el venezolano Felipe Pirela con la Billos Caracas Boys. Ellos   repitieron este procedimiento con otros tangos.

Aquí podrá ver el video de Rolando Laserie en Las 40:             https://youtu.be/0V3PpTCxROM

Aquí podrá ver el video de Leo Marini en Tristeza marina:       https://youtu.be/x70Mlakkeew

Y aquí, el audio de Felipe Pirela en Por la vuelta:                     https://youtu.be/UCnNx3z36S4

Algo parecido ocurrió con el tango Ave de paso de Cadícamo y Charlo. Y se multiplican los ejemplos de esta situación. El tema Venganza, es cantado como bolero por Los 3 Ases y como tango por Alberto Marino. El cantante mexicano Miguel Aceves Mejía, también grabó tangos en ritmo de bolero, acompañado por la orquesta argentina de Lucio Lucena. Otra cantante que repitió esta fórmula es la cubana Bertha María, surgida en los últimos años, lamentablemente fallecida en el año 2011, quien grabó poco antes de morir el disco compacto  “Una cubana en el tango”. Escogió 10 tangos y los cantó en ritmo de bolero.

La contraparte de los cambios que hemos citado es el fenómeno de los boleros cantados como tangos. Tuvo en Jorge Arduh, pianista y director argentino, nacido en 1923, su gran exponente. En 1949 forma su propia orquesta, que ha contado en las últimas décadas con cantantes de tanta calidad como Javier Di Ciriaco, Carlos Soler y Marcelo Santos. Ha publicado varios Cd con esta temática. El músico y compositor quindiano Libaniel Marulanda, ha ampliado la temática de la música vuelta tango, recurriendo no solo a boleros, sino a pasillos ecuatorianos y otros ritmos para su tradicional conjunto “Los muchachos de antes”.

El viajero impenitente, Joaquín Mora, hace en Cuba en 1943 un injerto musical: incluye en la “Sonora Matancera” la interpretación que él hace del bandoneón. Junto con la voz de Daniel Santos, graban los boleros Dos Gardenias, Patricia y El Columpio de la vida.

Por sugerencia de un acucioso seguidor de estos textos tangueros, en próxima entrega me ocuparé del particular caso del gran bolerista venezolano Felipe Pirela, así como de la inesperada incursión en el compás del dos por cuatro del gran poeta, actor, cantante y compositor  de la inmortal página salsera Pedro Navajas: Rubén Blades.

 

https://youtu.be/YFDurZPYTDU                El Arreglito, habanera - Sebastián Iradier

https://youtu.be/q78QC47iP_o                   Maxixa  - Belle Époque

https://youtu.be/DKSH7hnK10A                 Divina - Floreal Ruiz

https://youtu.be/7NSTG8G5KWw              La Última Copa. Miguel Aceves Mejía.

https://youtu.be/Q7sIbwxY1Ck                   Patricia -  Daniel Santos y la Sonora Matancera

https://youtu.be/RHy0cvI_VVA                   Toda Una Vida - Jorge Arduh

https://youtu.be/PUkujlyzZrI                        Somos - Jorge Arduh

 

Nota de apoyo: Invito a los lectores de estas páginas a respaldar con su asistencia el pertinaz trabajo musical de la agrupación quindiana Los Muchachos de Antes, en la Casa de la cultura de Calarcá, el próximo sábado 4 de marzo de 2023, a las 6:30 p.m.

 

Armenia, febrero 17 de 2023

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