• SÁBADO,  04 MAYO DE 2024

Salud  |  03 abril de 2023  |  12:30 AM |  Escrito por: Administrador web

Salud mental y autorrealización:

0 Comentarios

Imagen noticia

¿Cómo pasar de ser víctimas a ser héroes de nuestras historias y de los sucesos más traumáticos y dolorosos?

 

Reinventarse es una palabra que se volvió común en muchos ámbitos tras la pandemia del COVID 19 que obligó a millones de seres humanos a cambiar hábitos, patrones de conducta, formas de relación, de trabajo, de interacción y de visión del mundo.

En psicoterapia búsqueda de sentido  y salud mental nos referimos al referirnos a “reinventarse” a  la capacidad de un ser humano para sacar provecho del fracaso y evolucionar tras una perdida, un fracaso económico, a superar una ruptura sentimental, a reponerse a  la pérdida de un ser querido, a superar una enfermedad o sus secuelas ,a reponerse a  una catástrofe natural a un accidente,  a un abuso sexual, una  pérdida laboral o cualquier otro potencial acontecimiento vital estresante o traumático  que nos cambie la vida y nos quite el equilibrio obligándonos a salir de nuestra zona de confort.

Tras una pérdida o una crisis el ser humano se enfrenta a dos opciones principales que dependen solo de si y no del azar o el ambiente y que marcarán en ultimas su salud mental su estabilidad emocional, su destino y que determinarán el nivel de sufrimiento y dolor que le dejen en el mediano y largo plazo tales experiencias:

  1. La pérdida como fracaso (La posición Esquizo-Paranoide):

Para la persona depresiva y con tendencias al autosabotaje, cada situación adversa es una justificación o explicación más que justifica lo amargada, desgraciada desagradable, “maldita”, desafortunada o insoportable que es su vida.

Los rasgos depresivos en la personalidad llevan a la persona a victimizarse y sentirse aun más desafortunada, desgraciada maldecida, “embrujada” o condenada a vivir una vida miserable en la que no hay esperanza.

A estas tendencias o rasgos neuróticos que favorecen la depresión subyacen sentimientos profundos de desesperanza que hacen que el niño interior que llevamos dentro deje de creer que al final los cuentos (nuestras historias de vida) pueden tener un final feliz.

Si bien la vida no es un cuento de hadas y eso lo sabe un adulto maduro consciente y estable emocionalmente, tampoco es sano en absoluto percibir el mundo como una pesadilla, un karma permanente o una tortura desalentadora en la que la mayoría de personas son malvadas, están en mi contra, poseen malas intenciones y en el que el amor no existe ni mucho menos vale la pena soñar ni luchar por un futuro y un mundo mejor.


La visión de ambos extremos llenos de defensas neuróticas (ansiosas, infantiles o depresivas) se basa en la premisa de que todo tiempo pasado fue mejor y lo peor está por venir y cada catástrofe cada guerra y cada desastre o noticia dolorosa solo confirma nuestros miedos ya instaurados alimentando más y más nuestra desesperanza y visión negativa u hostil de lo que nos rodea.

Existe una premisa en psicoterapia en la que a partir del autoconocimiento la introspección y la toma de consciencia que es la base de ese “reinventarse “la persona puede transformar su presente y su futuro si identifica que mucho de lo le sufre en realidad no proviene de afuera sino de la forma como asume el mundo y como reacciona a la adversidad. Esta premisa que trabajamos en consulta se basa en lo siguiente: Los perdedores se victimizan se enfadan, se enojan, se colerizan, se irritan se frustran y se defienden. Ello los lleva a asumir una posición de víctimas por el resto de su historia creyendo que son las circunstancias las que los hacen sufrir, pero en realidad solo son víctimas de ellos mismos.

La premisa patológica, neurótica y autodestructiva es asumir una posición de víctima y de defensa ante las dificultades o frustraciones diarias en la que concluyo y me autoafirmo de que son el mundo y los demás la cusa de todos y cada uno de mis sufrimientos.

Ello me deja en una completa vulnerabilidad en la que no podré transformar nada (ya que no depende de mí modificarlo) y en la que se es incapaz de reconocer como muchos fracasos emocionales sentimentales, laborales económicos o existenciales solo son consecuencia o de nuestros patrones autodestructivos, o de decisiones auto saboteadoras y poco conscientes.  De decisiones tóxicas que nos han llevado a atraer a nuestra vida todas las situaciones, personas y circunstancias que han favorecido las “desgracias” de las que supuestamente hemos sido víctimas pasivas e impotentes que nos hacen seres humanos muy “desgraciados y desafortunados”.

  1. La pérdida como oportunidad de crecimiento, aprendizaje, evolución y ganancia (La posición ganadora y empoderada):

En contraparte para muchas personas exitosas y que gozan de una gran autoestima, confianza interpersonal, resiliencia (capacidad de afrontamiento elevada), relaciones exitosas y constructivas y que siempre son capaces de mantenerse optimistas ante las dificultades existen unas premisas comunes que podemos identificar en sus modelos mentales de pensamiento o esquemas cognitivos ( de pensamiento)  que les permiten, ya que son sus mecanismos de defensa habituales, levantarse siempre a pesar de cada caída.

Ya lo dijo el gran Nelson Mandela:

La premisa fundamental de estas personas no es su ingenuidad su inocencia o su infantil optimismo como creen los perdedores, los pesimistas o quienes se victimizan siempre.

La premisa fundamental es que todo es transitorio y lo mejor siempre está por venir ante cada caída, perdida fracaso o infortunio.


Si revisamos la biografía, como lo he hecho en consulta con jóvenes deprimidos y desesperanzados que incluso han querido dejar de vivir o acabar con su vida, de los más grandes lideres históricos de la humanidad,  si revisamos la historia de vida De los grandes artistas, científicos, maestros de todas las disciplinas, deportistas y lideres, encontraremos en todos y en especial aún más en los más grandes y más seguros, historias  de adversidad, de perdida, historias de maltrato, rechazo e historias de infortunio  e injusticia sufridas previo a su gran  éxito.

Ningún grande llego allí por casualidad o con el camino lleno de flores.

Las personalidades más resilientes y también las más compasivas, bondadosas generosas, humanas y las que más le han aportado a la humanidad, es decir, los mejores entre los hombres (y mujeres por supuesto) han sido los seres humanos más sufrientes, pero con un común denominador:  fueron capaces de sacar de cada sufrimiento una oportunidad, un aprendizaje una ganancia.

Los ganadores asumen una posición empoderada y se responsabilizan en transformar aquello que los perdedores o víctimas de su historia consideran circunstancial u obra del azar.

Los ganadores toman una posición proactiva frente a los problemas y dificultades ya que se basan en la idea de que cada crisis, perdida fracaso o tropiezo es en realidad una oportunidad de crecimiento trascendencia aprendizaje y evolución personal. Cámbiate a ti mismo, no te victimices y conviértete en un ganador y héroe de tu historia.

Ser ganador o perdedor no es algo con lo que se nace, es algo que aprendemos interiorizamos, educamos y adaptamos a nuestro patrón de conducta y de relación con nosotros mismos con el mundo y con nuestros semejantes a quienes podemos ver siempre como enemigos, aliados, amenaza o competidores según nuestros modelos internos mentales que son solo la representación de nuestros temores, deseos miedos traumas y más profundos instintos que son muchas veces sin darnos cuenta, autodestructivos.

Ser ganador es algo que se puede aprender resignificar y entrenar. Podemos reconocer que si nos hemos comportado como perdedores ello nos enseña algo y podemos tomar el “sartén por el mango” y las riendas de nuestra conducta, de nuestra s actitudes, expectativas deseos y en ultimas de nuestro destino.

Fenómenos psicológicos como La procrastinación las profecías autocumplidas y el autosabotaje son pan de cada día en consulta en sufrimiento humano y la gran calve para su cura son la introspección, el autoconocimiento, la reflexión y la capacidad de tomar consciencia para poder tomar decisiones nuevas y así reinventarse ante cada caída.


El trauma como oportunidad

La pérdida como ganancia

El fracaso como aprendizaje y la Adversidad como Desafío deben ser nuestras metas conscientes y nuestras premisas para poder superar cualquier cosa que nos venga, ya que nada, jamás acontece, por casualidad.

Cada Experiencia es nuestra Maestra!

German Estrada Mariño.

PSICOLOGO CLINICO

PSICOANALISTA

PSICOTERAPEUTA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

PERITO FORENSE

LIDER CAMAPAÑA PREVENCION DEPRESION Y SUICIDIO JUVENIL

WP CITAS Y CAMPAÑA PREVENCION DEL SUICIDIO. 3164502080

 

 

 

 

PUBLICIDAD

Comenta esta noticia

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net