La amenaza a la democracia que se vivió en Colombia durante los paros, bloqueos y vandalismo, ocurridos en mayo del 2021, ha sido uno de los mayores desafíos para la fuerza pública. En aquellos dramáticos momentos fueron intimidadas la institucionalidad, la economía y el bienestar de la sociedad colombiana.

El país afrontó una serie de protestas que buscaban manifestar inconformidad social, pero lo que había detrás era el propósito político de deslegitimar al gobierno,
desestabilizar la nación.

La Policía estuvo bajo amenaza y fue objetivo fundamental de esa conspiración que buscaba debilitarla, pero fue capaz de transformarse y proyectarse hacia el futuro, y por eso hoy requiere del respaldo de toda la sociedad colombiana. Al final, nuestros policías y soldados volvieron a ser héroes porque supieron proteger la protesta pacífica, controlar el vandalismo, desbloquear las carreteras y restaurar la dinámica social y económica de un país golpeado por la pandemia.

Colombia estuvo bajo amenaza, pero prevalecieron el Estado de derecho y la democracia. Sin embargo, la desestabilización sí logró el propósito de facilitar el triunfo de la oposición en las elecciones. Ahora corresponde reinventarse a la derecha, a todos aquellos que hoy percibimos que nuestra democracia está en riesgo.

El autor

Una mirada a las manifestaciones en Colombia entre 2019 y 2021

Algunos fragmentos del prólogo:

La amenaza a la democracia que se vivió en Colombia durante los paros, bloqueos y
vandalismo, ocurridos en mayo del 2021, ha sido uno de los mayores desafíos para la fuerza pública. En aquellos dramáticos momentos fueron intimidadas la institucionalidad, la economía y el bienestar de la sociedad colombiana. El país afrontó una serie de protestas que buscaban manifestar inconformidad social, pero lo que había detrás era el propósito político de deslegitimar al gobierno, desestabilizar la nación y afectar a la fuerza pública.

Como ministro de Defensa de entonces me correspondió afrontar esa época de turbulencia social y conflicto. Mucho se ha dicho respecto a qué sucedió en ese tiempo aciago, los efectos que tuvo sobre la economía nacional, el aumento de la conflictividad y quién estuvo detrás de esos actos." [Página 9]

"Las manifestaciones, que se tornaron violentas, sucedieron entre 2018 y 2021 no solo en Colombia sino en varios lugares de Latinoamérica. Iniciaron en Chile con el incremento de la tarifa del metro y derivaron en graves destrozos y la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Siguieron en Ecuador, con manifestaciones y también hechos de violencia que generaron inestabilidad política. Continuaron en Colombia con un paro que significó destrucción de establecimientos públicos, de comercio, bloqueo de vías y ataques a la Policía." [Páginas 9-10]

"En este libro quiero dejar un testimonio histórico de cómo desde el Ministerio de Defensa y con nuestros soldados y policías se actuó para proteger a los colombianos, para controlar la amenaza institucional y desbloquear la democracia que estaba bajo acecho.
Fueron tres escenas de una misma obra: las protestas de noviembre de 2019, las
movilizaciones del 9 de septiembre de 2020 y el paro de mayo de 2021. Este último dejó más de 1.700 civiles y 1.800 policías heridos y más de diez billones de pesos en pérdidas
económicas." [Página 10]

"A lo largo de este relato quedará en evidencia la manera como actuó la fuerza pública para controlar la violencia desatada y para desbloquear más de mil puntos de cierres. También describiré las dificultades que vivimos para trabajar con alcaldes débiles, como los de Cali, Buenaventura y Bogotá, que hicieron muy poco para proteger sus ciudades, y cómo –en muchos casos– los grupos armados ilegales como el ELN y las disidencias de las Farc estuvieron detrás, financiando y promoviendo la violencia." [Página 11]

"Igualmente, quedará en evidencia que la llamada Primera Línea fue un invento de una oscura organización que tenía relaciones con ciertos integrantes del Pacto Histórico, terroristas y narcotraficantes, cuyo propósito no era la obtención de reivindicaciones sociales sino generar caos e inestabilidad para permitir la materialización de un propósito político superior." [Página 11]

Sobre el autor:

Diego Molano Aponte Es bogotano, administrador de empresas, especialista en Integración Internacional y máster en Administración Pública de la Universidad de Columbia. Tiene más de treinta años de experiencia en cargos gerenciales en el sector público y privado. Molano es experto en desarrollo económico y social y ciberseguridad.

Ha sido profesor universitario, ministro de Defensa nacional, director del Departamento Administrativo de la Presidencia y reconocido como el mejor Concejal de Bogotá en 2016, director de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y director de la Fundación Bavaria. También fue director adjunto del programa Midas (Más Inversión para el Desarrollo Alternativo Sostenible) de USAID.

En todos los cargos ha sobresalido por su desempeño, siempre trabajando por la comunidad y con calidad en el servicio público.