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Cultura  |  24 julio de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Sonido de Libertad

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Este es el crimen internacional con más rápido crecimiento que el mundo haya visto. Ya ha sobrepasado el tráfico de armas y pronto sobrepasara el tráfico de drogas. Eduardo Verástegui (actor y productor mexicano)

Gloria Chávez Vásquez

Es más que evidente que los traficantes de niños tienen montado su mercado humano en países de Latinoamérica donde muchos de los secuestros infantiles ocurren con la complicidad de individuos “infiltrados” en agencias sociales y gubernamentales. Existe un túnel o corredor de ese cruel comercio, a través del continente, que no deja de ser una esclavitud, y que se ensaña en los menores de países como Colombia, Honduras, República Dominicana y México entre otros.  La corrupción endémica hace posible este crimen. 

Sonido de Libertad (Sound of Freedom) es la historia de Tim Ballard, un agente del Departamento de Seguridad Nacional en Estados Unidos que, frustrado por la falta de atención y apoyo gubernamental al problema, renuncia a su trabajo, recluta otros agentes, crea O.U.R (Operation Underground Railroad) y se dedica a rescatar menores, víctimas del tráfico sexual.

Impactado por la historia de Ballard, el actor y productor mexicano Eduardo Verástegui se unió a Alejandro Monteverde quien escribió y dirigió el film. Protagonizada por Jim Caviezel, la película dramatiza la misión para rescatar a dos hermanitos, junto con docenas de otras víctimas infantiles, de un cartel de traficantes, en las selvas de Colombia.

¿Cuántos pedófilos has atrapado? ¿Cuántos niños has encontrado? 

Estados Unidos es el consumidor número uno de sexo con niños en el mundo. Número uno también consumidor de drogas y consumidor de pornografía infantil, y México por su cercanía, es el proveedor número uno, dice Verástegui. Como mexicano, cuando te enteras de estas cosas, ya no puedes voltear hacia otro lado. Ya no puedes quedarte cruzado de brazos ni callado porque el silencio estimula al verdugo.  

Por eso no resulta raro que, en lugar de motivar a potenciar esa lucha, los cómplices de siempre se hayan dedicado a desacreditar la denuncia y a ridiculizar actores y cineastas diciendo que se trata de una exageración que solo sirve para alimentar las teorías de las conspiraciones de la “extrema derecha”. ¿O sea que el tráfico sexual infantil es perpetrado, o por lo menos alcahueteado, por la “extrema izquierda”?   

Por la reacción de los medios más liberales en EE. UU, hacia la película, así lo parece. La revista Rolling Stone la descarta como “un film de superhéroes para padres con gusanos en la cabeza”. Jezabel un ente digital, la califica de “una fantasía sobre tráfico de niños concebida para QAnon, el movimiento de las conspiraciones”. El Washington Post alega que no hay evidencia de que las estadísticas de la película sean ciertas. Vice News y otros medios acusan al grupo de exagerar su éxito a la hora de desmantelar redes de abuso sexual infantil. Los Angeles Times percibe el film como “un campo de batalla en la guerra cultural” y acusa a los productores “de hacer salivar” a quienes creen, entre otras cosas, que Hilary Clinton, y muchos demócratas de Hollywood, Washington y Disney son parte del cartel del Pizzagate o “chulos de kindergarten”.

Noah Berlatsky que lidera una petición para denominar a los pedófilos como “personas atraídas por menores” se queja en Bloomberg que los pedófilos son un grupo muy estigmatizado. Y que las personas calificadas como pervertidas, son víctima del odio de la gente. El grupo se ha aliado con el movimiento LGBTQ+ para empujar su agenda.

Un asombrado Donald Trump, después de ver la película cuestionó a la cadena CNN y al periódico The Guardian por tratar de destruir la credibilidad de los actores y productores de Sonido de Libertad, en lugar de unirse a la lucha para erradicar el tráfico de niños. Sugirió además que el espacio, tiempo y dinero que han gastado en atacar el film deberían emplearlos en investigar la gravedad de esos crímenes contra menores.    

La resistencia de los culpables

Finalizada la filmación en 2018, sus productores encontraron obstáculos en la distribución, ya que en el momento de firmar con la 20th Century Fox, Disney compró la empresa en 2019 y rechazó la película por su tema y su trasfondo cristiano. Netflix, Amazon y Liongate pasaron igualmente del film, porque sus ejecutivos objetaron que la película se prestaba a una cruzada   para promover la moral (¡!). Por fin, a principios de 2023, Angel Films un estudio reconocido por películas como La Pasión de Cristo y El Escogido aceptó representarla.

A pesar de la renuencia de muchas las salas de cine en presentar la película, Sonido de Libertad cautivó, de inmediato, la audiencia. En solo 3 semanas pasó la marca de los 100 millones de dólares, superando a Indiana Jones como la película más taquillera. Los comentarios de Caviezel y Verástegui sobre la filmación, han motivado la urgencia en el deseo de millones de personas en el mundo para ver el film.

Lo que más aterra a los críticos de la película es que, durante sus entrevistas, Caviezel ha hecho referencia al adrenocromo, una droga supuestamente preparada con sangre, en este caso de los niños y cuya existencia es enfáticamente negada por las élites. El adrenocromo es un compuesto formado por la oxidación de la adrenalina, que se utiliza medicamente para promover la coagulación de la sangre. Como droga es adictiva y según las teorías de Qanon, lo es más cuando se extrae durante la tortura de niños en los rituales satánicos.

¿Cuándo veremos el film?

Sonido de Libertad no contó con una campaña publicitaria, pero ganó tracción gracias a las entusiastas opiniones de las personas que la han visto en Estados Unidos, Puerto Rico y Canadá.  El protagonista de la hazaña contra la pedofilia es el más sorprendido de este éxito y piensa que desde el comienzo todo esto parece cosa de un plan divino para salvar a los niños de las garras de los depredadores.

Comentaristas más honestos y profesionales como Owen Gleiberman, el crítico más importante de Variety, la principal revista en el mundo del entretenimiento, la cataloga de una película conmovedora que brilla con luz propia sobre uno de los crímenes más horrorosos de nuestro tiempo y uno del que Hollywood se ha desasociado

Le he puesto 8 años de mi vida a esta película, dice Eduardo Verastegui, quien hace 20 años le hizo una promesa a Dios y a sus padres, de usar mi vida, los talentos, todo lo que soy, en proyectos que tengan el potencial de entretener a la audiencia, pero también de hacer una diferencia en la vida de los demás porque el arte tiene ese poder.

"Mucha gente nos decía: 'esto es muy peligroso, no se metan en eso'", recuerda el actor. “Sí es peligroso, pero es más peligroso, es no hacerlo".

Cuando uno pelea solo contra este monstruo claro que te da miedo, agrega Verástegui. Cuando somos ya millones, me podrán tumbar a mí, a otro, pero a millones no nos pueden tumbar. Por eso es muy importante que el movimiento siga creciendo. Ahora los que tienen que tener miedo son los que están involucrados en este crimen. Yo espero que cuando incluso ellos vean la película se arrepientan de tanto mal que hacen. Los niños de Dios no están a la venta y por ellos tenemos que dar la vida.

Entre los protagonistas de la película está la joven actriz colombiana Cristal Aparicio, quien tenía 11 años cuando empezó el rodaje. Filmada en territorio colombiano Sonido de Libertad es esperada con sumo interés en países como Chile, Republica Dominicana, Argentina y México donde se estrenará en varias salas de cine, el 31 de agosto. En Colombia se podrá ver a través de la cadena Cinemark.

¡Qué fenómeno! Entre más se ataca a la verdad, con más fuerza surge, demostrando que el mal se destruye solo. Es lo que han tratado de hacer recientemente, en su paranoia, los adictos a la pornografía infantil, los traficantes de niños para el sexo y los pedófilos con la película que tomó al mundo por sorpresa y que denuncia uno de los crímenes más espeluznantes de que es capaz el ser deshumanizado. 

Gloria Chávez Vásquez escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos. Es autora de entre otros, Caliwood (Cuentos), Oda Perdida (Poemas) y Mariposa Mentalis (Novela).

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