Un cine de papel, guiones y letras de Luis Ospina tiene dos bloques fundamentales: Actos de fe, las películas antes de ser películas y Sobras selectas, algunos textos insepultos. Ambos funcionan como líneas paralelas que se cruzan y crecen en orden cronológico.

El título del libro hace referencia a una de sus últimas películas, Un tigre de papel, y da cuenta de la naturaleza del libro: cine en estado de palabra, de letra, de borrador impreciso, de tachones. La primera parte, Actos de fe, se llama así pues estas tres palabras perfectamente podrían considerarse una llave homónima de «guion».

Un guion es una película en un estado embrionario y es de donde, quienes quieren dirigir cine, se agarran como de una línea de vida. Bien sea para madurar la película, para sentirse creando la película los años previos a filmarla, para sentirse dirigiendo, para sentir que no se ha dejado de hacer, o para buscar caminos y formas de financiación para llevar esta forma abstracta de texto a la materia cinematográfica. Todo guion es un acto de fe.

Es como una oración que se escribe con el convencimiento de que, de repetirla, se hará realidad, se hará cine.

Sobre el autor

Fue uno de los más singulares directores de cine colombiano. Nació en Cali el 14 de junio de 1949 y murió en Bogotá, el 27 de septiembre de 2019. Reconocido guionista, productor y director de cine que a lo largo de su carrera dirigió alrededor de 36 producciones.

Fue codirector del Cine Club de Cali (1972- 77), profesor de cine en la Universidad del Valle (1979-80), director de la Cinemateca del Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali (1986), crítico de cine y cronista para varias publicaciones especializadas, algunas de las cuales fue cofundador, entre ellas Ojo al Cine, Kinetoscopio, El Pueblo, Cine, El Malpensante, Número y Cinemateca.

Tras sus estudios de cine en UCLA, a su regreso a Colombia, en 1974, funda, junto con Andrés Caicedo, Carlos Mayolo y Ramiro Arbeláez, la revista Ojo al Cine, los cimientos de lo que se conoce como el «Grupo de Cali» o «Caliwood», el legendario grupo de artistas que renovó el cine colombiano, a finales de la década de 1970. De allí en adelante comenzó una producción constante que lo llevaría a dirigir los largometrajes de ficción.