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Cultura  |  01 septiembre de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Libro: Elige no tener miedo

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Soportar un duelo no es tarea sencilla. Algunas personas quieren atravesar este proceso con un corazón de piedra, mientras otras optan por escucharlo y entregarse a todos los sentimientos y emociones que se generan. Pero hay un tercer grupo, quienes deciden que este dolor no los va a destruir, sino a convertir en mejores personas. Estos valientes requieren de una guía, un acompañamiento intelectual y emocional que les dé ese cariñoso empujoncito para reemprender su vida.

Elige no tener miedo es una guía útil para quienes han enfrentado la muerte, desaparición, suicidio o secuestro de un ser querido y tuvieron que encarar el miedo... el tremendo miedo al abandono. Este es un diálogo afectivo que no minimiza lo ocurrido, lo sitúa en la justa dimensión para que la mente que recuerda se conforte, y las emociones que rebasan actúen a favor.

El miedo ocupa un lugar que en realidad debería pertenecer a la fe y al amor:

«Lo que sea que estemos viviendo en determinado momento debemos afrontarlo como nuestro muy personal campo de concentración y decidir que saldremos vivos de él: vivos y fortalecidos, más empáticos, más asertivos y sabios. No escogimos que nos pasara esto y seguramente tampoco es justo, pero ya pasó y ahora solo podemos ejercer nuestro derecho a la última de las libertades humanas: la actitud con la que nos enfrentamos a lo ocurrido.

De esta manera, elijamos no tener miedo, elijamos enfrentar lo que nos pasa con absoluto protagonismo y responsabilidad, elijamos vivir y esas serán las elecciones más importantes ante lo dado no pedido».

(Página 26)

Miedo al abandono:

«Entre los miedos psicológicos reales está el del abandono. Es por ello que un niño pequeño sufre al vivir sus primeros días de escuela. Piensa que su mamá no va a regresar por él, que lo dejará ahí para siempre. Cómo pueden pensar esto si los amamos y creemos que saben que son lo más importante para nosotras; sin embargo, el niño no cesa su llanto hasta que se le deja un reloj o un accesorio de su madre.

«Ahora sí que volverá por mí, no se va a quedar sin su reloj». Por irracional que pueda parecernos, este miedo se vive como real y se reactiva desde aquella etapa de angustia de separación por la que pasan los bebés entre los ocho y los nueve meses de nacidos. Si no tienen a su madre a la vista significa que literalmente desapareció y sufren por ello.

Es indudable que nos cuesta mucho separarnos de las personas que queremos, que necesitamos o ambas cosas, pero lo que yace en el fondo no es que no estés, es que me dejaste».

(Página 33)

El miedo ocupa un lugar que en realidad debería pertenecer a la fe y al amor. Abandono no significa fin de un ciclo, significa renuncia, alejamiento, dejar sin concluir, y pocas cosas angustian tanto como pensar: y ahora ¿cómo le voy a hacer sin ti?

(Página 34)

El miedo a la muerte: 

«Como buenos negociadores, pensamos que si la muerte nos concediera dos o tres años más, entonces sí cumpliríamos lo que no hemos realizado. Este vivir con pendientes nos mantiene asustados y en ocasiones hasta paralizados frente a la idea de un final sin segundas oportunidades.

El miedo a la muerte no se presenta únicamente en personas que atraviesan un proceso de duelo o situaciones de pérdida, también está activo a manera de luto anticipatorio muy inhabilitante en muchas personas que enfrentan el día a día con cierta zozobra.

La muerte de un hijo o una hija:

«¿Qué harías si se muriera un hijo tuyo? «Si se muriera un hijo mío, yo me muero», eso decimos, eso querríamos, pero la verdad es que cuando él muere nosotros seguimos vivos. No tenemos fuerzas ni para vivir, pero tampoco para quitarnos la vida. Es como un árbol al que le cortaron no una rama, sino la raíz.

Pero seguimos en pie, por nuestros valores, por nuestro amor a la vida, porque hay alguien que nos quiere, por lo que sea, pero somos ese tronco hueco de un enorme peso tratando de encontrarle sentido al mayor sinsentido, que es la ausencia de un hijo.

Un duelo sano para padres dura alrededor de 18 a 24 meses, eso no significa que pasado ese tiempo se acabó nuestro dolor, claro que no, pero sí que la cuesta arriba del proceso ha terminado y las cosas a partir de ese momento serán menos difíciles, aunque todavía no más fáciles».

(Página 75)

El suicidio: 

«En torno del suicidio se manejan grandes mitos, como que si alguien realmente se quiere matar, no lo avisa; o que solo se suicidan los valientes, los locos y los cobardes; o que es un acto impulsivo que no se puede evitar, y sobre todo que hablar de suicidio le mete ideas en la cabeza de quitarse la vida a quien lo escucha... Todo esto es falso, debemos romper el silencio y advertir de esta puerta falsa a los jóvenes, los jubilados y las personas deprimidas.

El suicidio no se contagia, se aprende. Alguien abre esa puerta falsa que se vislumbra como una solución, pero que en realidad no soluciona nada y deja tras de sí una estela de mucho dolor».

(Página 112)

El secuestro: 

«El duelo por los desaparecidos puede significar renunciar a la esperanza de verlos una vez más con vida, por eso se posterga. Quienes han vivido esa terrible circunstancia no quieren consultar a un tanatólogo porque sienten que es tanto como aceptar que su ser querido está muerto, como renunciar a la posibilidad de volverlo a ver vivo.

Pasa el tiempo: solo dolor, sin cuerpo, ni certezas. Tenemos que dar el triste paso de desaparecido a fallecido, o nuestra vida continuará en pausa para siempre. Necesitamos vivir, aunque nuestra voluntad no esté en ello».

(Página 156)

Sobre Gaby Pérez Islas:

Autora bestseller de Cómo curar un corazón roto (2011), Viajar por la vida (2015), La niña a la que se le vino el mundo encima (2017), Convénceme de vivir (2019) y coautora de Tu camino para sanar (2020), todos bajo el sello Diana, de Grupo Planeta.

Es licenciada en Literatura latinoamericana con estudios de maestría en Tanatología. Tiene diplomados en Logoterapia, Codependencia y Suicidología. Atiende en consulta privada e imparte cursos y talleres. Es colaboradora en diversos medios de comunicación y una entusiasta conferencista motivacional.

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