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Cultura  |  04 septiembre de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Libro recomendado: El amor es imposible

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Ocho tesis filosóficas del autor Darío Sztajnszrajber.

Este lunes 4 de septiembre y mañana, el filósofo argentino  Darío Sztajnszrajber estara en Bogotá brindando dos conferencias abordando el tema de su más reciente libro titulado El Amor es imposible.  La cita es en el auditorio Mayor de la Universidad Santo Tomás Sede Dr. Angélico, en la carrera 9 #72-90 - 2 piso 6:00 p.m.

¿Qué significa que el único amor verdadero sea el amor imposible?

“El amor de hecho subvierte todo buen funcionamiento, hace añicos cualquier grado de estabilidad, derriba cualquier acuerdo, destituye nuestra mismidad. El amor es imposible porque, si lo hay, ninguna institución lo representaría: nada quedaría en pie.”

Darío Sztajnszrajber
 

El amor es imposible porque todos los amores no son más que una copia del único
amor verdadero que es el primer amor y que además nunca existió…

Tesis 1:
¿Qué significa que el único amor verdadero sea el amor imposible? ¿Es el amor lo que
suponemos que es? O antes que eso, ¿es lo imposible aquello definido como lo inalcanzable, lo inconsumable, lo inenarrable? ¿Y si fueran las preguntas lo que hay que cambiar porque es en la imposibilidad del encuentro amoroso donde radica su verdad?

Este libro es una propuesta de deconstrucción radical sobre uno de los eventos más radicales de nuestra existencia. Ocho tesis que tienen el arrojo de devenir en una serie de desvelos, nuevas intuiciones, destellos que nos inviten a temblar. Es la puesta en página de una práctica política concreta, que increpa a ese amor comercial, romántico, que se nos vende como dominante, como único y normativo. Es ir a martillazos contra esa arquitectura sentimental sostenida por el sentido común, por definiciones y naturalezas forzadas.

Y entonces, sí: categorías cristalizadas como la pareja, la familia, la media naranja y el primer amor, entre otras, son puestas en evidencia, caen bajo su propio peso: se rompen.
El amor es imposible conduce al insomnio, y de ahí a una revolución íntima y perturbadora comandada por el deseo genuino de la intranquilidad: no queremos estar en donde estamos.

Un trabajo de años, de lecturas y de diálogos en el que Darío Sztajnszrajber pone una vez más, al alcance de quienes estén dispuestos a jugar el juego, las herramientas de la filosofía para desandar lo andado, rebelarse y exigir siempre, aunque suene a destiempo y desubicado, animarse a lo imposible.

«Si hubiera una única historia de amor verdadera de la cual todo el resto después se derivase, entonces estaríamos demostrando que no es cierto que el amor es imposible. En todo caso hay un amor posible que es el único. Un gran amor posible fallido. Lo imposible en todo caso es pensar que las demás historias de amor (que son todas menos la verdadera) sean historias de un amor posible.

O sea, el amor es imposible porque no sería más que simulaciones resignificadas de un único amor al que se refieren o bien en carácter de copia no asumida, o bien como intentos de resolución de aspectos pendientes. Sin embargo, habría un amor posible: el primero. Posible aunque imposible.

¿Pero será así? ¿Y si no hay un primer amor? ¿Y si lo que llamamos primer amor es siempre una proyección hecha desde el último amor? ¿Se puede comprender la historia en términos de encadenamientos, de secuencias evolutivas, de condicionamientos, o la historia son siempre discontinuidades que recrean un supuesto origen, una cierta lógica, una única teleología?

Una cosa es que hermenéuticamente nos hallemos siempre al interior de una trama de sentido a la que resignificamos permanentemente sin nunca poder salirnos de modo absoluto de nuestra proveniencia más cercana o más distante; pero otra cosa es sostener que no somos más que reproducciones vacuas de ese primer amor que nos instaura en una única matriz amorosa.

Es cierto que parece demasiado pensar que todo se reduce a una única primera historia, pero al mismo tiempo son tan evidentes y determinantes las repeticiones…»

(Página 24)

Tesis 2:

Si el amor es imposible, discutamos lo imposible

«El amor es imposible. Una provocación contundente. Toda enunciación contundente que interpela al sentido común no puede sino ser una provocación. (¿Habrá alguna otra forma de hacer filosofía que no sea desde la provocación? ¿Y habrá alguna otra forma de constituirse el sentido común que no sea desde la contundencia?).

Así de contundente es esta afirmación como lo es nuestra idea de lo imposible. Ya desde siempre presuponemos no solo que el amor es posible, sino sobre todo, presuponemos una definición taxativa de lo imposible: “imposible” significa linealmente y por oposición que algo “no puede ser posible”.

Por eso, leemos la frase “el amor es imposible” y rápidamente concluimos de ello que nunca viviremos a fondo la experiencia del amor. Es del mismo tenor de frases como “nadie puede ser feliz” o “no se puede cambiar el mundo”. Una mezcla de resignación, realismo y escepticismo que renunciaría a la búsqueda de muchos de nuestros principales ideales (donde no parecería haber otra conexión posible para los ideales que la sensación de renuncia).

En otras palabras; parece que vinimos a este mundo para enamorarnos, ser felices y transformarlo para hacerlo más justo. En todo caso, si no logramos estos objetivos, nunca pensaríamos que se trata de un problema intrínseco al diseño mismo de los ideales sino que culparíamos a nuestra incapacidad práctica: los ideales siempre son correctos, la tragedia humana es que nunca los realiza adecuadamente.

O peor, nos inculparíamos por hurgar en demasía y darle demasiadas vueltas a la cosa. El sentido común nunca se maneja con ambages: ni los gatos tienen cinco patas, ni los huevos tienen pelo; y sobre todo, nada es más deseable que el amor, la felicidad y la justicia, que ya vienen absolutamente preconfigurados en su definición y naturaleza».

(Página 63)

Tesis 3:

El amor es imposible porque es inefable

«El amor es imposible porque es inefable. Lo inefable, aquello que no puede ser dicho, aquello que escapa a nuestra capacidad de expresión. ¿Es lo inefable un defecto o una virtud? ¿No hemos todavía encontrado las palabras adecuadas para el amor, o el amor nos embarga de tal modo que vuelve inadecuada cualquier palabra? Pero si el amor es tan sublime que ningún sistema lingüístico puede dar cuenta de él, ¿cómo sabremos en cada caso que se trata de amor?

La eximición del amor del entramado de signos, ¿no agudiza nuestra perplejidad, nuestra incertidumbre, nuestra duda? De nuevo, ¿cómo sabremos? O dicho de otro modo: ¿por qué hay que saber?».

(Página 103)

«¿Es imposible porque es inefable o es inefable porque es imposible? Parecen más bien rasgos paralelos. Una simultaneidad de atributos que nos adentran en una especie de teología negativa del amor: no se lo puede nombrar, no se lo puede definir, no hay un saber sobre el amor, el amor no es posible. Siempre por la negativa. Del amor solo podemos no decir; o bien, solo podemos decir lo que nunca termina de ser. Igualmente está clara la interconexión entre ambos atributos negativos: si no lo podemos explicar, entonces nos es imposible, que en este contexto se traduce como: no se nos vuelve posible controlarlo.

Nombrar, una vez más, es causal de nuestra capacidad de operación sobre las cosas. Lo posible es controlable, administrable, redituable. La inefabilidad del amor en cambio coloca al amor por fuera de nuestras posibilidades de acción, esto es, por fuera de nuestro horizonte de manipulación concreta. Recordemos una vez más la cesión que Dios le hace a Adán para que nombre al resto de las criaturas vivientes y en ese acto, disponga de ellas».

(Página 108)

Tesis 4:

El amor es imposible porque siempre es a destiempo

«El amor es imposible porque siempre es a destiempo. ¿Pero qué significa que el amor sea a destiempo? Hay una primera acepción del destiempo amoroso que se asocia con la idea de que el verdadero amor es el que nunca pudo consumarse. Ese amor que era obvio, pero que no se pudo dar por haber vivido los protagonistas en tiempos desacoplados.

Hubo amor, pero no hubo coincidencia. No hubo coincidencia en las posibilidades. El mundo de lo posible impidió la consumación del amor que por ello comienza a migrar en amor imposible. O tal vez el amor sea imposible justamente porque nunca se trata de un caso fáctico, sino de lo inconsumable como su forma. Los verdaderos amores son los que siempre permanecen en potencia. Su darse en el mundo de lo posible los rebaja, los cotidianiza, los mundaniza y por ello los corrompe.

Otra vez la aporía: hay amor en la medida en la que no lo hay. En aquello que pudo haber sido siempre hay más amor que en lo que finalmente se da. En aquello que queda a destiempo hay más amor que en lo que se da en el tiempo».

(Página 148)

«El amor es imposible porque es incalculable. Es inconveniente, es imprevisible, es injusto. Hace colapsar toda deliberación, todo razonamiento, todas las razones. Si un buen cálculo nos garantiza estar eligiendo adecuadamente, toda elección adecuada no nos garantiza el amor, sino solo el haber elegido adecuadamente. La mejor elección adecuada solo nos puede garantizar la mejor elección adecuada: el amor pasa por otro plano. Es inadecuado. Va en contra de uno mismo. O de lo que hasta ese momento creíamos que éramos nosotros mismos. El mundo del cálculo es el mundo de lo posible. Todo lo posible es pasible de ser puesto en un cálculo. El amor excede todo cálculo. Por eso es imposible».

(Página 187)

Tesis 5: 

El amor es imposible porque es incalculable

«El amor es imposible porque es incalculable. Es inconveniente, es imprevisible, es injusto. Hace colapsar toda deliberación, todo razonamiento, todas las razones. Si un buen cálculo nos garantiza estar eligiendo adecuadamente, toda elección adecuada no nos garantiza el amor, sino solo el haber elegido adecuadamente. La mejor elección adecuada solo nos puede garantizar la mejor elección adecuada: el amor pasa por otro plano. Es inadecuado.

Va en contra de uno mismo. O de lo que hasta ese momento creíamos que éramos nosotros mismos. El mundo del cálculo es el mundo de lo posible. Todo lo posible es pasible de ser puesto en un cálculo. El amor excede todo cálculo. Por eso es imposible».

(Página 187)

Tesis 6:

El amor es imposible porque todo amor es siempre un desamor

«El amor es imposible porque todo amor es al mismo tiempo un desamor, pero para la
representación del sentido común, afirmar en simultáneo al amor y al desamor es como
mínimo una contradicción lógica. Se trata por ello de deconstruir no solo la idea de plenitud amorosa, sino también al desamor como una instancia a sacarse de encima.

Solo tienesentido el amor porque es al mismo tiempo una experiencia del desamor. Y por eso el amor, incluso en sus momentos de mayor exaltación, no deja de poseer un tinte de cierta tristeza, de cierta conciencia de su final, de cierta pena. El amor es imposible porque es al mismo tiempo felicidad y pena».

(Página 227)

Tesis 7:

El amor es imposible debido a los condicionamientos institucionales del amor

«El amor es imposible porque cualquier manifestación institucional lo cercena y lo desvía. Pero al mismo tiempo no podemos no desplegar nuestra existencia sino en instituciones. Tal vez el gran desafío es encarar el vínculo amoroso sin saber hacia dónde nos vamos dirigiendo. O bien, sabiendo que no se trata de una nueva fundación regulativa. No estamos buscando una nueva y más emancipada institución del amor, sino que buscamos lo imposible: un amor sin instituciones. O mejor: un amor que pueda desembarazarse de cualquier sojuzgamiento normativo y que en ese liberarse vaya intentando construir no tanto lo nuevo como lo otro.

Los prófugos del amor no van en busca de la libertad, sino que la libertad es el escape. No van buscando un nuevo lugar para amarse, sino que se aman mientras escapan. El amor va aconteciendo en esa fuga incesante. No hay paz. Nada tiene que ver el amor con la paz, con la estabilidad, lo que no significa que los prófugos no se arrojen a estar juntos mientras pierden el tiempo, tirados en la tierra mirando el cielo. Ser prófugo es también deconstruir las instituciones del tiempo y del espacio. Amarse por fuera de cualquier secuencia temporal y más allá de cualquier lugar posible».

(Página 308)

Sobre el autor:

Darío Sztajnszrajber es licenciado en filosofía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Divulga la filosofía en los medios masivos de comunicación. Conduce el programa de TV Mentira la verdad (Canal Encuentro) y, en radio, Demasiado humano (Futurock).

Es autor delos libros ¿Para qué sirve la filosofía?, Filosofía en 11 frases y Filosofía a martillazos (tomos 1 y 2). Fue galardonado por el Premio Konex en 2017 por su labor en la divulgación.

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