Por Néstor Ocampo

En buena hora interviene la Procuraduría. Las humaredas malolientes nocturnas en la vereda Pradera Baja de Calarcá se presentan en este sector rural de Calarcá desde hace más de 10 años afectando el derecho de la comunidad campesina a gozar de un ambiente sano. Las humaredas ocurren en horas avanzadas de la noche, varias veces en la semana, mientras las personas duermen y quedan condenadas a respirar ese aire contaminado que pone en peligro la salud, hasta la vida, de niños, ancianos y enfermos en particular, también a animales domésticos y silvestres.

Pero a pesar de las denuncias, durante años, la situación no cambia. De manera extraña las autoridades no actúan en ese sector rural de Calarcá. Debido a las denuncias recientes, el martes 12 de septiembre, en horas de la tarde, subieron dos motos de la policía, acompañando un carro, preguntaron a alguien que pasó por allí, no visitaron casas, no promovieron una reunión. Y se regresaron. Eso no es suficiente. Deben investigar, establecer el origen de las humaredas y la identidad de las personas responsables. No es difícil.

Ahora esperamos que las autoridades mencionadas (CRQ, Alcaldía de Calarcá y Secretaría de Servicios Sociales y Salud del Municipio de Calarcá) atiendan las denuncias. La Procuraduría Ambiental del Quindío exhortó a estas autoridades atender la denuncia que sobre la humareda en la vereda mencionada ha hecho la comunidad.

“De conformidad con sus competencias y funciones, con los elementos fácticos señalados en la denuncia y los instrumentos normativos desarrollados, atiendan de forma íntegra lo relacionado con el origen y afectaciones de los presuntos olores ofensivos en el sector de la vereda Pradera Baja del Municipio de Calarcá”, dice el exhorto de la Procuraduría