Juan Camilo Zuluaga, hijo de Bernardo Gutiérrez y Amparo Tordecilla, exguerrilleros colombianos del extinto Ejército Popular de Liberación (EPL), regresa al país luego de 25 años de exilio en Italia. En un intento por entender las decisiones radicales de sus padres, se sumerge en el archivo familiar que contiene extraordinarias películas caseras y escritos privados, que revelan conflictos interminables y gran cantidad de recuerdos.

En él revive uno de los más dolorosos y que lo acompaña desde los cinco años: la incertidumbre por el paradero de su madre, quien fue secuestrada y desaparecida en 1989. ¿Fue asesinada? ¿Siguió con vida? ¿Huyó para proteger a su familia?

El público podrá conocer de primera mano, diarios personales, retratos familiares, fotografías, recortes de periódico, pero sobre todo, decenas de videos de la vida privada de Los Zuluagas: vacaciones en la playa, reuniones íntimas, su cotidianidad familiar, escenas que se sobrelapan con las de la militancia de un padre que fue comandante de la tercera guerrilla más grande del conflicto armado colombiano, el Ejército de Liberación Nacional (EPL). 

Bernardo, con su cámara, grababa por igual sus diferentes facetas, dejando registro también del entrenamiento en los campamentos, su carrera política, las negociaciones con el gobierno colombiano, su carrera como diplomático y su exilio.

“Sumergirme en el archivo fue una experiencia íntima, un viaje que hice con cuidado, delicadeza y empatía. A través de estos materiales, tuve acceso al espacio más privado de una familia. En cambio, las imágenes de la militancia constituían un acceso inédito y privilegiado al mundo de la guerrilla, que me ofrecía una visión capaz de ir más allá de la retórica de la revolución. Los escritos autobiográficos de Camilo y Bernardo enriquecieron aún más el rompecabezas. De esa extraordinaria riqueza de materiales, todos diferentes y complementarios en formato y origen, me surgió la articulación de la historia como la búsqueda de un diálogo -aunque ahora sea imposible- entre un hijo y su padre”, señala Flavia Montini, directora de la película que es también su ópera prima. 

Para Juan Camilo Zuluaga “fue una investigación vital, una construcción de significados, entre relatos de muerte, ausencias, dolor, incertidumbres, descensos y ascensos. Sumergí mis manos en las profundidades de los recuerdos y emociones olvidadas, donde fui más allá de los miedos, de las defensas. Me di cuenta de que para reclamar toda mi historia, no habría otro camino que hundir amorosamente el cuchillo en las heridas, reabrirlas para limpiarlas”.

Detrás de Los Zuluagas

Esta es una producción de Film Affair (Italia) que cuenta con larga experiencia en el desarrollo, producción, postproducción y distribución de documentales, y que gestionó durante varios años el festival de cine Visioni Fuori Raccord. Su primer documental, Normal de Adele Tulli, se estrenó en 2019 en la sección Panorama de la Berlinale y participó en varios festivales como CPH:DOX, Thessalonik y Sarajevo. Uno de sus títulos más recientes es SQIZO, una coproducción con Espsfilm. 

Los Zuluagas se produjo en colaboración con el Archivio Audiovisivo del Movimento Operaio e Democratico y Rai Cinema, en asocio con el Istituto Luce Cinecittà e Intramovies y el patrocinio de Amnistía Internacional, bajo la coproducción de Inercia Películas (Colombia), casa cinematográfica y agencia de management liderada por la productora Paola Andrea Pérez Nieto (La tierra y la sombra, Cámara de Oro - Cannes 2015), que apuesta por narrativas arriesgadas de cineastas latinoamericanos, que con su particular mirada, son capaces de construir universos artísticamente atractivos que experimentan con el lenguaje cinematográfico y traspasan fronteras.

Inercia Películas actualmente trabaja en los largometrajes de ficción Horizonte de César Augusto Acevedo, Donde comienza el río de Juan Andrés Arango, el cortometraje Delirio de Fernando Iriarte y el documental Memorias de un copiloto de Diego García-Moreno. 

Así mismo, esta producción dirigida por Flavia Montini contó con el montaje de Enzo Pompeo AMC, la dirección de fotografía de Marco Pasquini y la música original de Økapi - Filippo E. Paolini. Los productores fueron Valeria Adilardi, Luca Ricciardi, Laura Romano, Mauro Vicentini y Paola Andrea Pérez Nieto.