Transcurría el año 1994 y el baloncesto del Quindío buscaba talentos para reforzar la base de la selección infantil, y en esa búsqueda, en Puerto Tejada, una región históricamente cuna de grandes futbolistas, aparece la figura de Dirseu Cuero Carabalí, quien a sus 12 años transpiraba baloncesto por sus poros.

Manuel Eraso, quien era el técnico de ese entonces en la Selección Quindío, lo invitó para que hiciera parte de dicho proyecto, brindándole apoyo económico y posibilidades de crecer, no solo en el deporte de la cesta, sino que a la par se estructurara académicamente.

Así empezó el joven caucano a soñar, y con su disciplina, deseos de superación y amor por el deporte, consigue títulos Intercolegiados, participación a nivel nacional como integrante de las selecciones Quindío, hasta llegar al profesionalismo con el Club Cafeteros.

Simultáneamente, en lo académico, fue avanzando con sacrificio y dedicación. Primero se hizo bachiller y luego alcanza el título de topógrafo en la Universidad del Quindío, logros alcanzados gracias a su disciplina y rendimiento deportivo.

Hoy, casi 20 años de su llegada a Armenia, Dirseu Cuero Carabalí, le retribuye a la ciudad que lo acogió lo que aprendió en su carrera como deportista y es el técnico de la selección del departamento del Quindío en los Juegos Nacionales Eje Cafetero 2023, donde cumple una destacada actuación con el quinteto local.

Por ahora solo piensa en ganar una medalla para Quindío, pero su vida y su tiempo lo reparte entre la topografía y el deporte de la cesta, en el que forma jóvenes a quienes les inculca esos valores que solo se transmiten a través del deporte.

Y quién mejor que él para seguir siendo un vivo ejemplo de superación y un modelo para demostrar que los sueños con disciplina y dedicación se cumplen. Por ahora, a seguir soñando con la medalla en los Juegos Nacionales.