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Cultura  |  20 enero de 2024  |  12:55 AM |  Escrito por: Administrador web

EL LIBRO DE LEHDER/ Toribio, el amigo de la infancia que lo acompañó por coca a Bolivia

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Carlos Lehder cuenta en su libro “Vida y muerte del cartel de Medellín”, que a los 19 años ya había salido de una cárcel de los Estados Unidos tras pagar una condena por robo de autos y se vinculó con un señor en Medellín, Arturo Rodríguez, para traer en su camioneta Ford, desde Bolivia, coca de un laboratorio en la capital, la paz. (Vida y muerte del cartel de Medellín, Carlos Lehder, Penguin Randon House Grupo Editorial. 2024).

Ya había hecho un primer viaje con éxito, con tan mala suerte que su paga, un kilo de coca que en los Estados Unidos fue vendido por 65.000 dólares, se lo robaron. El emisario que la recogió se quedó con ella. Por eso volvió a Medellín y allí fue contactado nuevamente por don Arturo, que le pidió volver a Bolivia, esta vez por 60 kilos de coca, que compraban a mil dólares cada uno y que vendían, para entonces, a 70.000 dólares kilo en Estados Unidos.

“Acepto”, le dijo Carlos Lehder a don Arturo, pero con la condición de que yo escojo el mecánico que me acompañe. Cerraron el trato. Carlos llamó en Armenia a un amigo suyo, de la infancia: Toribio. Lo contactó y le ofreció 10.000 dólares por la compañía, a Argentina, durante más de una semana.

“—Carlitos, ¿dónde queda esa finca? —, preguntó Toribio”

“—No es finca, es un país que queda a cuatro mil kilómetros de Armenia—“, respondió Lehder.

Toribio aceptó y al día siguiente fue recogido por Carlos en Armenia, que viajaba en su flamante camioneta Ford último modelo. Toribio creía que iban para Argentina, en carro, y Carlos le reveló el destino final, Bolivia, solo cuando llegaron.

“Toribio no hacía sino preguntar a qué íbamos tan lejos, qué buscábamos”, narra Lehder en su libro. Y cuenta que le contestó: —Vamos en busca de un tesoro, Toribio, el tesoro inca—.

Los dos quindianos llegan a la Paz, Bolivia, se conectan con el vendedor de la coca, le entregan los dólares, reciben la mercancía, la ‘encaletan’ en una falsa caja que arman debajo del carro, cerca a las llantas, y parten de regreso. Dos incidentes son narrados por Lehder. El primero, un intento de robo de la camioneta en el Cuzco, Perú. Toribio salto cuando oyó el primer ruido y golpeó con su machete al ladrón, que pegó un berrido de marrano y huyó. Detrás de este corrió el otro ladrón. Y el segundo caso se presentó en la Aduana, al ingresar a Ecuador, desde Perú. Les iban a confiscar la camioneta porque no tenía el manifiesto de aduana. Lehder llamó al agente de la aduana aparte y le dijo que ir de ahí a Armenia, Colombia, por ese papel le costaba 200 dólares, que mejor se los regalaba a él, al agente, y lo dejara pasar. Y así sucedió.

Toribio se quedó en Armenia, y Carlos siguió para Medellín, a entregar la mercancía, con lo que obtuvo, a los 19 años, su primer trofeo, un kilo de coca que vendió en el mercado norteamericano por 70.000 dólares, era el año de 1969.

Espere mañana. El papá de Lehder lo echa de la casa.

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