Cuando los negocios del narcotráfico iban viento en popa, Carlos Lehder compra una finca ganadera en Salento, que estaba dedicada a la producción de leche. Era una inversión surgida de su almacén de venta de autos en Medellín, que tenía el nombre de Lehderautos. En su libro “Vida y muerte del cartel de Medellín”, Lehder narra cómo compró esa finca y la convirtió en la famosa Posada Alemana de Armenia (Vida y muerte del cartel de Medellín, Carlos Lehder, Penguin Randon House Grupo Editorial. 2024).

“En Colombia, mi flota de aviones había aumentado. Adquirí dos Turbo Commander adicionales, ambos presurizados. También veía florecer el negocio que me trajo más fama y notoriedad en todo el país: La posada alemana”. Sobre este hotel campestre, tal vez el primero en el Quindío, Lehder rememora una vieja pensión que tuvo su padre en el centro de Armenia en los años cuarenta:

“Corría el año de 1941 cuando mi padre tomó la decisión de embarcarse en el negocio de la hotelería y montó un pequeño establecimiento en Armenia al que le puso Pensión alemana. Este lugar se convirtió rápidamente en epicentro de la vida social de la ciudad. Tiempo después, en 1978, yo adquirí una finca dedicada a la producción de leche en las montañas de Salento. En ese lugar y mientras contemplaba la maravillosa vista que incluía los tres nevados —Ruiz, Tolima y Santa Isabel—, la suntuosa cordillera junto con Armenia y su valle del Quindío decidí construir un hotel campestre de cinco estrellas para fomentar la industria del turismo y alegrar las nostalgias alemanas de mi padre. Lo llamé La posada alemana”, narra Lehder en las páginas 131 y 132 de su libro.

Y habla sobre su construcción: “La construcción estuvo a cargo de mi tío manizaleño Javier Rivas Gutiérrez. Desde el primer día tuve claro que lo que quería era una construcción típica alemana, honestamente copiamos los diseños de folletos de hoteles campestres típicos de ese país”. Y revela Lehder que en algunos diseños involucró al famoso arquitecto Simón Vélez: “…el genial arquitecto Simón Vélez participó con el diseño y construcción del castillete con torres germanas en el extenso portón que enmarcaba la entrada al complejo hotelero, y luego construyó, con su estilo característico basado en la guadua, la mansión de un amigo”.

En su libro, Lehder también cuenta cómo contrató la famosa escultura de John Lennon, que adornaba La posada alemana. Mañana revelaremos apartes de este episodio.