En Armenia existe un imaginario colectivo sobre algunos hechos y acontecimientos que tuvieron como protagonista a Carlos Enrique Lehder, de los cuales este nunca había hablado o revelado a los medios de comunicación. En su libro: “Vida y muerte del cartel de Medellín”, Carlos Lehder revela episodios que parecían mitos, pero que tuvieron su base de verdad y que se ratifican en este libro. (Vida y muerte del cartel de Medellín, Carlos Lehder, Penguin Randon House Grupo Editorial. 2024).

Uno de esos episodios es su secuestro a manos de un supuesto comando urbano del M-19, y su posterior liberación, por acción directa del propio protagonista, Carlos Lehder. Este hecho es narrado en el libro en los siguientes términos: “Años más tarde, ya a mis veintisiete años de edad, también en Armenia, miembros de un grupo mafioso que se hicieron pasar por integrantes del Movimiento 19 de Abril (M-19) atacaron mi jeep. Yo caí privado y herido al suelo, y los asaltantes amarraron y cubrieron la cabeza de Chicho, mi chofer. Desperté al poco rato y escuché a los secuestradores discutir sobre qué hacer conmigo, pues mi camisa estaba empapada en sangre. De pronto, percibí que mi jeep, ahora manejado por los secuestradores, se había parado para entrar en la carretera principal. Me pareció que mi ángel bestia me pellizcó y de un brinco le metí un empujó al chofer, que soltó el timón. Salté como un resorte por la ventana abierta del jeep y caí en el pavimento mientras decenas de carros pasaban para arriba y para abajo; me levanté y corrí hasta que comprobé que los secuestradores habían dado reversa y desaparecido”.

Más adelante, sobre su seguridad en Armenia, Lehder indica: “En mi ciudad natal, nunca andaba armado ni con escolta, pero eso cambió radicalmente desde ese día. Le pedí a mi amigo Juan que comprara dos Mercedes Benz de alto blindaje en Alemania y me los enviara. Recluté también a varios expolicías y los monté en dos jeep sombrillas que siempre escoltaban a mi Mercedes. No quería ser otro hombre más que se vuelve morado porque ya nunca jamás respirará. Yo no era un ciudadano famoso, pero el periódico El Tiempo sí destacó la noticia de mi escape de los secuestradores”.

El otro episodio tiene que ver con una entrevista con el por entonces exministro de Justicia y senador de la República Alberto Santofimio Botero, con quien se encontró en Armenia. Santofimio visitaba con frecuencia la ciudad, en sus aspiraciones políticas. “… por esos días andaba en plena correría política en Armenia el reconocido político liberal Alberto Santofimio Botero, que buscaba su reelección como senador. Decidí abordarlo (…) Al preguntarle sobre la extradición, Santofimio respondió con evasivas. Cuando le pregunté por su postura me dijo que, aunque él no estaba de acuerdo, en esos temas tenía que respetar la línea del partido. Terminada la conversación le giré un cheque equivalente a la suma de 100.000 dólares actuales. Lo recibió, me agradeció y me anotó su teléfono privado en un papel. Yo me despedí de él y de todos sus asesores. En mi Porsche, me fui a la oficina para reportarle a Pablo el avance con este importante político, exministro de Justicia”.