El amor puede morir. Algunas veces anuncia su final y en otras solo sucede. En todos los casos siempre implica un proceso doloroso. ¿Cómo saber si una relación está agonizando o puede ser salvada? ¿Por qué motivos fallece? ¿Qué acaba con la pasión? ¿Sabrías tomar el mejor camino para afrontar una ruptura? Quizá no sepas cuál será el destino, pero lo cierto es que su final no es tu propio fin.

Gaby Pérez Islas, la tanatóloga más reconocida de México, aborda en este, su séptimo libro, el duelo de la muerte del amor. Con su particular calidez y su experiencia terapéutica, a través de ejercicios y testimonios, te ayuda a reconocer los indicios del desamor, a revertirlos y a darle un giro a la relación. Y si realmente fuera el momento del adiós, Gaby te toma de la mano para mostrarte cuáles son las herramientas emocionales que te permitirán elaborar bien tu duelo y diseñar un nuevo proyecto de vida.

El amor termina, pero no tiene por qué terminar contigo:

Algunos fragmentos del libro

“Nada más vivo que el amor, por eso cambia todo el tiempo y por ello muere. Todos morimos de vida; por haber
estado vivos, morimos. No todas las muertes tienen un cadáver. A veces llevas al muerto contigo y no te has dado
cuenta hasta que apesta. Puedes reconocer que el amor ha fallecido y enterrarlo, o seguirlo cargando. Tú decides.”

Página 14

“En mi carrera como tanatóloga he escrito seis libros. En ellos he tratado diferentes tipos de muerte y duelo, pero me hacía falta uno. Un libro que abordara ese proceso complicado, incluso a veces más que la viudez, porque al menos en ella te queda el agridulce consuelo de que tu pareja no quería irse, se tuvo que ir. Pero ante la muerte del amor existe una decisión. Sabes que tu pareja quería dejarte o tú querías hacerlo y eso lo hace sumamente complejo.”

Página 14

“En este libro, habrás de enfrentar una de las pérdidas más dolorosas y difíciles que hay: la muerte del amor. Ya sea por una parte de la pareja o por ambos, pero casi siempre es uno el que decide terminar y al otro no le queda más que aceptar la muerte. Esto aplica a todo tipo de parejas: noviazgos, aquellos que viven juntos, matrimonios con hijos o no— los que llevan años de unión y los que acaban de empezar una relación. Lo siento, nadie está a salvo.”

Página 15

El amor  no muere en  abstracto, muere en mí o muere en ti

“Por eso este texto está escrito por una tanatóloga, porque el amor se muere, pero a diferencia de la otra muerte irreversible, definitiva y absoluta— el amor puede sembrarse de nuevo o reverdecer, podarse y madurar. El amor puede volverse más profundo después de un desengaño y, sobre todo, el amor puede virar de objetivo. A una tanatóloga le corresponde trabajar con finales y de eso estarán llenas estas páginas, para dar pie a nuevos comienzos que también habremos de atestiguar. Todo final, absolutamente todo, es en sí un comienzo.”

Página 17

Tu relación: ¿viva, muerta o moribunda?

“Digamos que en este tipo de duelo la negación dura demasiado y tardas en darte cuenta de que tu pareja no es lo que quieres. La rabia suele ser muy intensa en el momento de la revelación; cuando ves las cosas como son y no queda lugar para dónde hacerse, así que la decepción hace las veces de la depresión reactiva. Se llega a la aceptación con mucha claridad de que vivir esa separación es algo necesario porque lo contrario sería conformarte con algo que te queda chico.

No todo el mundo da el paso hacia la separación. Muchas personas se dejan dominar por el miedo a quedarse solas, a no volver a encontrar pareja o a arrepentirse cuando sea demasiado tarde. ”

Página 30

¿Muere el amor si se acaba el sexo?

“Cuando una pareja deja de tener relaciones sexuales algo se rompe, tal vez eso no es lo único que hace que haya intimidad en un vínculo de pareja, pero sí es muy importante. El sexo produce oxitocina, la hormona de la vinculación, que genera una sensación de intimidad y pertenencia entre personas. Vincularse es crear una conexión con otro ser, una pareja que no se toca, que no se acaricia, no está conectada ni cercana.”

Página 40

Traición o infidelidad

“La traición es tratar de evitar la experiencia de sufrimiento con mentiras. Al final, lo único que consigues es aumentar ese sufrimiento. Si sientes que tus conexiones con la persona con la que vives tienen un cortocircuito, un falso, por favor, atiende esa situación. Ten una conversación, profunda y difícil, pero honesta. Di que no eres feliz, pero no quieras tener lo mejor de dos mundos: un casado soltero o una casada con doble vida. Lo que se cimienta sobre la infelicidad de otro no acaba bien. ”

Página 57

¿Sin dinero no hay amor?

“En temas de dinero, parece que no hemos avanzado nada. Por eso es imperante que deje de parecernos de mal gusto hablar de dinero y pongamos las cosas en claro desde un principio. Lo que es tuyo, lo que es mío, lo que es nuestro y los límites de cada caso. Si hubieras tenido a tiempo esa conversación, no estarían peleando por dinero el resto de su vida conjunta. Los límites siempre serán amor. Estar en pareja es adquirir responsabilidades y
derechos voluntariamente. Todo tema debe ser abordado con naturalidad y sinceridad para ponerse de acuerdo, puede que no estemos originalmente de acuerdo, pero se abre el diálogo y comienza la negociación. ”

Página 68

Lo que no se habla, no se sana

“Por eso las parejas van mostrando en su trato cicatrices de todas esas conversaciones no tenidas, todos esos baúles de lo no expresado que permanecen ahí durante años y que son, al final, con los que tropieza la relación. ”

Página 83

¿La rutina te da paz o mata al amor?

“No importa cuánto nos guste alguien o algo, si se convierte en rutina, terminará por hartarnos. Piensa que tu sopa favorita es la de fideo. ¿Podrías comerla todos los días durante 10 años sin quedar fastidiado de ella? Por eso hay que meterle variedad al platillo: sorpresas, innovaciones, actualizaciones y demás. El corazón que no palpita, se detiene, así de simple. De la sazón que le pongas a tu relación dependerá que esa otra persona quiera
comer en casa.”

Página 94

¿Los hijos unen o separan?

“Los hijos son maravillosos y en ningún momento pretendo culparlos de nada; somos los padres los que no entendemos que empezamos esta familia juntos, y juntos, y solos habremos de quedarnos cuando ellos partan para hacer su vida. Si no fomentamos la convivencia, salir, divertirnos y seguir conociéndonos como pareja, la partida de los hijos nos dejará viviendo con un completo extraño y aterrados con un síndrome del nido vacío.”

Página 114

Seguir sin ti o seguir contigo

“Estando con alguien que te importa e interesa, el tiempo pasa muy rápido; cuando no, te parece una eternidad. Te cansas de mirar el mar esperando que algo salte, si vas a tener un avistamiento de ballenas o simplemente vas en una lancha deseando encontrarte un delfín, un pez interesante o algo que te haga saltar el corazón. Muy probablemente eso pasa en la pareja: te cansas de esperar. Ninguno de los dos cambia, las ganas de hablar sobre sus diferencias son nulas, sientes que no tiene caso replantearse cosas y decides terminar con la relación. Aunque seas tú quien tome la decisión, no es nada fácil. El divorcio es un camino empedrado, no intentes alfombrarlo.”

Página 169

Sugerencias de qué decirle a alguien que pasa por un divorcio 

Evita decir:
«Por lo menos ya no van a pelear»
«Mis padres también se divorciaron cuando yo
era chica y mírame»
«Sí es duro, pero recuerda las cosas buenas
que tiene la vida»
«Seguro estás enojadísimo»
«Tienes que ser fuerte por tus hijos, ellos te
necesitan»

Sobre la escritora Gaby Pérez Islas

Es autora bestseller de Cómo curar un corazón roto (2011), Elige no tener miedo (2013), Viajar por la vida (2015), La niña a la que se le vino el mundo encima (2017), Convénceme de vivir (2019) y coautora de Tu camino para sanar (2020), todos bajo el sello Diana, de Grupo Planeta. Es licenciada en Literatura Latinoamericana con estudios de maestría en Tanatología.

Tiene diplomados en Logoterapia, Codependencia y Suicidología. Atiende en consulta privada e imparte cursos y talleres. Es colaboradora en diversos medios de comunicación y una entusiasta conferencista motivacional.