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Editorial  |  30 julio de 2020  |  12:00 AM

¡Actuemos!, el Covid se tomó al Quindío

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No se puede subestimar una pandemia. Ya hemos tenido ejemplos en los que se le restó importancia al coronavirus, y líderes del mundo se atrevieron a catalogarlo como una ‘gripecita’, para ahora tener que afrontar momentos de caos en sus naciones. Estados Unidos, Brasil y México lo menospreciaron, como lo hizo en un principio la alcaldesa de Bogotá, para luego reconocer su fatalidad, la cual en estos momentos tiene a más de 5 millones de personas en cuarentena estricta y sectorizada en la capital de la República.

Que esto no nos pase en el Quindío y su capital Armenia. Tenemos que observar los lamentables efectos experimentados en otras regiones. Desde hace unas semanas hemos advertido en esta casa periodística que la flexibilización se ha confundido con relajación y especialmente la capital quindiana luce como antes de la declaratoria de la pandemia, mientras sus ciudadanos hacen caso omiso de las recomendaciones de distanciamiento social y el uso del tapabocas.

El reporte de ayer tiene que exigir de las autoridades un redireccionamiento de las medidas regionales, pues en solo 24 horas el Quindío, uno de los departamentos con menos casos en el país, sumó 42 positivos de coronavirus. Así, del 6 de marzo, primer reporte de Covid 19 en Colombia, al 28 de julio, se contabilizaron 269 contagios en esta zona, para un promedio de 53 casos mensuales en estos casi 5 meses, cifra muy similar a la registrada en un solo día y que fue oficializada este miércoles con más de cuatro decenas.

No significa que ello nos lleve al pánico colectivo, pero sí que los mandatarios y las autoridades de salud sean totalmente transparentes con los ciudadanos, para que todos sepamos a qué realmente nos estamos enfrentando. Señores gobernador, alcaldes y secretarios de Salud, desde este editorial públicamente solicitamos estas respuestas: ¿Cuántas pruebas diarias se están haciendo en el Quindío? ¿Cuánto se demoran en confirmar los resultados? ¿Cuántas camas de Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, para Covid-19 están disponibles en el departamento? ¿Los reportes están actualizados y fieles a la situación de la región? ¿Nuestro personal médico posee todas las condiciones y herramientas necesarias para atender una eventual explosión de pacientes?

Es momento de hablar claro. Los discursos de ser departamento libre de Covid se deben mesurar, porque si bien hace unas semanas varios municipios estaban sin casos positivos, la realidad actual indica que solo Pijao es la localidad que aún no ha identificado su paciente cero, y quizás es cuestión de tiempo.

No podemos desconocer que los habitantes del Quindío hemos tenido un comportamiento similar a los de otras zonas de Colombia, el que se ha caracterizado por la relajación, y por ello se han tenido que prender alarmas a raíz de la rápida expansión del virus, por tanto no somos un caso excepcional y las consecuencias de la laxitud se verán en las próximas semanas. Lo de los 42 casos en un día, es un aviso.

Desde la primera prórroga de la cuarentena en abril pasado, la gente ha salido de sus casas y en la actualidad solo unos pocos núcleos familiares cumplen con el aislamiento preventivo obligatorio –que ha perdido efectividad por la falta de coherencia y autoridad del presidente Iván Duque-, pues las necesidades laborales y económicas de la clase trabajadora no dan espera.

Sin embargo, la población se debe concienciar, debido a que la preservación de la vida personal y de los familiares más cercanos es responsabilidad de cada individuo. Desanima la necedad de muchos quindianos, que le restan credibilidad al virus, no portan correctamente los elementos de protección y violan las distancias en sitios públicos o establecimientos, poniendo en riesgo la salud propia y la de sus semejantes.

No se puede asumir que con la llegada de 10 ventiladores mecánicos al Quindío, la situación esté superada, por el contrario ello debe darnos más argumentos para intensificar las medidas de autocuidado y así minimizar el riesgo de tener que llegar a una UCI, escenario que reduce las probabilidades de salir avante en caso de complicaciones por el contagio. Basta de excusas necias a las recomendaciones de nuestros profesionales de la salud, que no cesan en suplicarnos para que no nos expongamos al virus, porque ellos sí conocen de su peligrosidad.

Los empresarios, gremios, comerciantes y demás actividades económicas tienen el deber de cumplir los protocolos de bioseguridad de manera estricta, si han exigido insistentemente a los gobiernos la reapertura de sus establecimientos, porque sepan que en sus manos está la vida de sus empleados y clientes.

Preocupa que países como España y la misma China hayan tenido que recular las estrategias de reactivación por los casos de rebrote, luego de haberse superado el pico de la pandemia, hecho que aún no hemos afrontado en el Quindío.

Esta emergencia sanitaria mundial nos impone pensar en colectivo y no en intereses egoístas particulares, porque ya hemos lamentado la muerte de casi 10.000 compatriotas y si la tendencia se mantiene, el ‘estimativo’ del gobierno nacional de 40.000 muertes a diciembre será una ‘meta cumplida’ y nuestro departamento aportará una buena cuota.

El principal problema en el Quindío es que no sabemos a ciencia cierta quién está infectado, porque no se hacen pruebas directas en la región. No tenemos un laboratorio público para tal fin. Es urgente que le exijamos a los gobierno de la región y al gobierno nacional, la adecuación de un laboratorio en nuestro territorio, como lo ha ofrecido la universidad del Quindío. La mejor forma de hacer el control es saliendo a buscar, en forma activa, a los infectados, entre la comunidad, haciendo cientos de pruebas diarias. Pero eso no lo podemos hacer mientras no tengamos nuestro propio laboratorio.

Es urgente, señores del gobierno, conformar una mesa temática con autoridades, sociedades científicas, comunidad y por supuesto medios de comunicación. Con una mesa activa de estas características sabremos la verdad, lo que permite disminuir la preocupación que expresan los ciudadanos y comunicar con solvencia y solidez las estrategias y los logros del control.

Por respeto a quienes han perdido sus batallas contra el Covid, de cada quien depende luchar para vencer esta fatal estadística de contagiados y de muertos.

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