Hay muchas cosas escondidas en las mentes, en los intereses y en los documentos refundidos de la alcaldía de Armenia sobre el proceso de las obras de valorización en esta ciudad. Lo que más se ha perdido aquí es la verdad. Y, por supuesto, la confianza de los ciudadanos en sus gobernantes. Nos mintieron desde el primer momento, cuando se concibió el proyecto en general, con los estudios financieros, pero también con la aplicación del derrame y con la proyección de las obras.

La mentira, el engaño, han sido los adalides de los políticos para lograr sus cometidos. Da dolor y produce rabia esa cantidad de mentiras. Lo más cuestionable es que más de dos años después de la puesta en marcha del proyecto y tras el cambio de gobierno, sentimos que aún no nos dicen la verdad. 

Cuando el alcalde actual de Armenia, el señor Carlos Mario Álvarez Morales, firmó y entregó el primer desembolso a los contratistas para las obras, por $20.000 millones, no lo hizo solo porque estaba obligado a hacerlo por la existencia de un contrato, sino porque había sido elegido por su antecesora, la exalcaldesa Luz Piedad Valencia, quien firmó el contrato, y su dependencia de ella, política y personal, era del 100%. 

Esos $20.000 millones se perdieron, quedaron en manos de particulares, según la Fiscalía, lo que ha generado la investigación de la que se ocupa hoy el ente acusador, que ya tiene cinco personas detenidas e investigadas, a las que se sumarán hoy dos más, incluyendo a la propia exalcaldesa Valencia Franco. ¿Cómo fueron a parar esos $20.000 millones a bolsillos privados cuando deberían de haber sido invertidos en las obras?

Las preguntas abundan. ¿De quiénes son los bolsillos a donde fueron a parar los $20.000 millones? ¿Saben el alcalde Carlos Mario Álvarez y la exalcaldesa Luz Piedad Valencia de aquellos que portan tales bolsillos tan grandes? ¿Los conocen? ¿Qué relaciones han tenido con ellos?

¿Por qué razón el alcalde Álvarez negoció en noviembre de 2016 con el contratista de las obras, el señor Fernando León Díez Cardona (hoy detenido por la Fiscalía en este asunto), quitarle al contrato tres de las obras pactadas? ¿Cuál es el costo real de las obras que se realizaron y las que se están ejecutando?  ¿Hay, como se dice, sobre costos en esas obras? ¿Con qué autorización se modifica el contrato inicial de las obras, cuando a los ciudadanos se les está cobrando por un paquete completo?

¿Por qué razón el alcalde acude a un préstamo por $74.000 millones de pesos para meterse en otras obras, distintas a las de valorización, en vez de utilizar esta plata para terminar lo prometido, concluir las obras que prefirió quitarle al proyecto anterior o aplazar indefinidamente? ¿No debería mejor cumplirle al ciudadano las obras que este paga con el recibo de valorización? Mientras en las altas esferas se negocian las obras y las coimas, los ciudadanos estamos obligados, conminados a la contribución, a entregarles el dinero, de lo contrario podemos ser judicializados y hasta perder nuestros inmuebles.

Esperamos que la Fiscalía desentrañe todo este maremágnum de corrupción, de mentiras, de falsedades, que se descubran a dónde fueron a parar los $20.000 millones del desembolso, y nos diga quiénes, además de los cinco detenidos en Medellín, son los responsables de este atraco a los ciudadanos, y que no solo los condenen y los metan a la cárcel, sino que los haga devolver el dinero que se llevaron?

Seguros estamos que los responsables no son solo los cinco detenidos por este asunto en Medellín, sino que son muchos más, porque las responsabilidades recayeron en muchos funcionarios, no solo la exalcaldesa y el actual alcalde, sino también en los gerentes de la Edua, de los secretarios de Infraestructura y planeación y, por supuesto, los concejales de Armenia en el anterior y en el actual período, porque ellos son coadministradores del municipio.

Lo que necesitamos y queremos los ciudadanos es que nos digan toda la verdad, para saber a qué atenernos frente a los proyectos de valorización, y frente a los políticos que tenemos.