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Editorial  |  06 abril de 2018  |  06:15 AM

Con las redes nos vigilan y nos manipulan

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El reconocimiento público que hizo Facebook de que le dio acceso de datos privados de sus usuarios a la firma de datos Cambridge Analytica, y que esta, a su vez utilizó esta información para esparcir, entre otras, noticias falsas durante la época de campañas presidenciales de Estados Unidos, es una muestra palpable del poder de las redes y sus propietarios, para cambiar la percepción y la mente de la gente con mentiras.

Facebook había dicho, en sus políticas de seguridad, que jamás vendería los datos de sus usuarios a otras compañías. Pero Cambridge Analytica halló la metodología para ‘doblar’ estas reglas y lo que hizo fue comprárselos a Aleksandr Kogan, un profesor de la universidad de Cambridge que creó una aplicación dentro de la red social para hacer ‘quizzes’ de personalidad, según lo revelaron varios medios. Seguramente todos los usuarios de Facebook caímos en la trampa, sin percibirlo.

Una cosa muy grave que se revela ahora es que con esos datos se crearon algorismos, que le permiten a sus operadores, es decir, en este caso a Cambridge Analytica, y según Christopher Wylie, gerente de esta, “explorar las vulnerabilidades mentales de las personas y encontrar formas de incluir información en distintos canales de contenido online para que la gente empiece a ver cosas por todas partes que pueden o no ser ciertas”.

 

Todo esto nos recuerda, a los colombianos, la confesión de Juan Carlos Vélez, el gerente de la campaña del No en el plebiscito por la paz, que en una entrevista dijo que habían creado muchas mentiras, difundidas en las redes, para generar miedo a la población para que se inclinara por el No.

Según la revista Diners Colombia, Cambridge Analytica logra obtener los datos y manipular la gente, a través del siguiente sistema: “Cada vez que usted quiere utilizar una ‘app’ con el botón de inicio de Facebook, le está dando permiso de utilizar sus datos. Lo que usted no sabe, es que esa ‘app’ está recogiendo también la información de todos sus contactos. Esto significa que, como la red social es eso, una red, todos somos vulnerables al mismo tiempo”.

El famoso hacker de la campaña del excandidato Óscar Iván Zuluaga pudo estar haciendo lo mismo, y no tanto aquello por lo que se le acusó, de hackear las cuentas de los negociadores de paz y del propio presidente Santos. Y lo mismo podemos decir de todas las campaña políticas en Colombia, que han tenido como asesores a hombres tan tenebrosos como J.J. Rendón.

La inocencia está detrás de todas las pantallas de los usuarios. Diners nos dice cómo, de qué manera, Facebook o compañías como Cambridge Analytic toma nuestros datos y nuestras formas de vida y pensamiento para influir en uno: “Piense en todas las veces que usted ha dado “like” a algo en Facebook: una foto, una receta, un link, un video, todos esos clics le dan pistas a compañías como Cambridge Analytica para crear un modelo que puede atacar todos sus frentes: su orientación sexual, sus traumas infantiles, sus miedos más profundos… y a partir de eso entregarle información, veraz o no, en función de intereses económicos y políticos. Es la maquinaria de propaganda más grande y poderosa que usted pueda imaginarse, y si no hay quién la controle, no hay forma de saber hasta dónde pueda llegar”.

De manera que ya no es tanto la publicidad de los candidatos en la televisión, la radio, la prensa, lo que influye en el elector, sino los mensajes que le pueden enviar a través de las redes sociales. Infortunadamente, la mayoría de ellos son mentira, o verdades a media, distorsionadas, salidas de contexto, que enlodan a personas o que ‘ensalzan’ a otras. Por eso, cada vez en más difícil hacer política sin dinero, en forma limpia, lo que impulsa la corrupción.

No hay que olvidar que cada vez que una persona descarga una aplicación en su celular o abre una cuenta en internet, le está dando permiso a los desarrolladores para usar sus datos. “Porque Internet se basa ante todo en la confianza y la colaboración, los usuarios ‘creen’ que las compañías no van a utilizar su información en contra suya. Demostrar lo contrario haría temblar al mundo digital como lo conocemos hoy”.

Si, usted, en el mundo moderno, no quiere que utilicen sus datos, mantener su vida en total privacidad, como debería de ser, cierre su cuenta en Facebook y Twitter u otras de redes sociales, y viva tranquilo. De lo contrario, estamos expuestos a todas las canalladas que a diario vivimos en esas redes, incluso, y sobre todo, a la manipulación de nuestras mentes y nuestras vidas, aunque pocos lo perciban o lo crean.


 

 

 

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