Por Roberto Restrepo Ramírez

Dos ponencias sobresalientes se presentaron en el pasado Congreso Colombiano de Historia, en Armenia, en su versión número 19. Fueron las relacionadas con dos municipios del Quindío, a partir de la vida y obra de dos de sus hombres más representativos. Córdoba, con Jair Londoño Torres y Circasia, sobre el Cementerio Libre, monumento insigne, que fue resultado de la gestión de Braulio Botero Londoño.

El título de la ponencia de Circasia es bien significativo. “El Cementerio Libre, testimonio de los primeros pobladores de la región”. Su autora y ponente, la arquitecta Maria Eugenia Beltrán Franco, especialista en restauración del patrimonio y Vigía del Patrimonio Cultural.

No sólo se aborda en la ponencia el valor arquitectónico de este conjunto de panteones, como símbolo de la tolerancia y libertad, sino que se introduce en el tema de la muerte, representado en los iconos que allí se encuentran. Interesante es el abordaje y la información del Himno de los Muertos, canto fúnebre escrito por uno de sus propulsores y compañero gestor de Don Braulio Botero, el escritor Antonio José Restrepo.

El Cementerio Libre de Circasia no es sólo el aspecto patrimonial más destacado de este municipio quindiano. Es el emblema del libre pensamiento, por lo que todo lo que se escriba sobre este gran mausoleo, toca con la grandeza de hombres que, como Braulio Botero Londoño, permiten explicar la historia crítica del departamento del Quindío.

En una de aquellas obras sobre el Cementerio Libre, Fabio A. López Arias realizó una interesante compilación de las intervenciones realizadas cuando se celebraron los 50 años del Cementerio, en la que incluyó un “somero elogio del Cementerio Libre”, escrito por Adel López Gómez.

El escritor López Gómez, en su prólogo, quiso dejar el sentido de su contenido: “Otros dirán o habrán dicho de este lugar y en este libro, los pasos de su memoria, la incidencia de su origen libertario, su razón de ser en la vida y en la muerte de la criatura humana”.

En referencia al Cementerio Libre, la arquitecta María Eugenia Beltrán también quiso dejar ese propósito en su ponencia: “Finalmente, se considera que la mayor lección que nos deja la historia del Cementerio Libre de Circasia, es la búsqueda de la paz en el país, hecho que se logra a través de la tolerancia entre los ciudadanos comunes; una labor que debe realizarse día a día”, parafraseando, además, lo dicho sobre el cementerio por el escritor Gustavo Álvarez Gardeazabal.

Una ponencia sobre Circasia, sobre la libertad, sobre la tolerancia, sobre el Quindío.