El préstamo de usura, conocido como “gota a gota”, se ha convertido en una amenaza para las ciudades de Armenia, Pereira y Manizales, al constituirse en una modalidad delictiva que permite a los Grupos Armados de Delincuencia Organizada el flujo de rentas ilícitas, el lavado de activos y el control social de los territorios importantes para su accionar.

Estos recursos se constituyen en una de las rentas ilícitas de mayor envergadura, que opera a través de rutas locales en los sectores urbanos, municipios, y redes internacionales.

Junto con los gota a gota, se ha encontrado la modalidad de las “cadenas de ahorro”, en las que estos mismos prestamistas vinculan a las personas a una especie de “sistema de ahorro colectivo” en el que ellos fijan la cuota, la periodicidad de recaudo y las fechas en las que cada persona vinculada a la cadena, recibirá el dinero recaudado por la totalidad de las personas vinculadas a la misma.

Estas cadenas de ahorro, generan riesgos para aquellas personas que, por alguna razón, no realizan el pago de las cuotas fijadas dentro de los términos pactados o que, una vez recibido el dinero de la cadena, dejan de realizar los pagos.

La alerta por el peligro que tanto el gota a gota, como las cadenas de ahorro genera a las comunidades la encendió la Defensoría del pueblo al explicar que las dificultades económicas de sectores vulnerables y las barreras para acceder al crédito formal, ya sea por encontrarse reportados en las centrales de riesgo o por no cumplir con los requisitos bancarios, han hecho que muchas personas acudan a esta modalidad de crédito, ya que les permiten contar con dinero inmediato, con aparentes facilidades para pagarlo, a pesar de las potenciales vulneraciones derivadas del accionar de los grupos armados ilegales y estructuras de crimen organizado que controlan este negocio.

Explica que los destinatarios de estos préstamos son por lo general pequeños comerciantes, propietarios de tiendas y ciudadanos que trabajan en ventas informales que por su labor reciben diariamente dinero en pequeñas cantidades, que además resultan ser actores clave, quienes mediante la cooptación realizan ejercicios de vigilancia y control social realizado por las estructuras de crimen organizado.

El préstamo “gota a gota”, cumple para estos actores una doble función en las ciudades de Pereira y de Armenia, debido a las conexiones que se establecen entre las redes que tienen a cargo estos créditos, y los grupos armados de delincuencia organizada de alcance regional o local.

La Defensoría del Pueblo descubrió que, por un lado, les permite aumentar las ganancias provenientes de economías ilegales y, por otro, les facilita los mecanismos de control social de las comunidades en los territorios donde estas estructuras hacen presencia.

Dentro de las estructuras que se han configurado para fines del funcionamiento de los préstamos a usura o gota a gota, se destaca la vinculación de hombres jóvenes de barrios vulnerables para trabajar como cobradores en países latinoamericanos, México, Brasil, Ecuador, Argentina, Chile y Perú.

Estas personas son contactadas por otras conocidas que ya están en el negocio y son seducidas con promesas de salarios considerables y mejores condiciones de vida en otros países.

Estas ingresarían al país de destino con dólares que luego serían cambiados a moneda local, y luego de las exorbitantes ganancias, son cambiados nuevamente a dólares e ingresados a Colombia a través de personas que periódicamente traen este dinero al país.