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Armenia  |  18 septiembre de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Asistencialismo, principal causa del aumento de habitantes de calle en Armenia

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Por Germán Rojas Arias

Dar una taza de café o chocolate, un pan, un sobrado de comida, pero sobre todo una moneda o un billete se ha convertido en la peor causa para el aumento de habitantes de la calle en Armenia.

El asistencialismo, que la mayoría de ciudadanos confunde con ayuda humanitaria, es el principal responsable que niños, jóvenes, adultos y ancianos decidan tomar las calles como su proyecto de vida, su hogar, su hábitat.

Cultura

Juan Carlos Patiño Zambrano secretario de Desarrollo Social de la administración municipal, en diálogo con EL QUINDIANO explicó que la cultura del asistencialismo en Armenia ha generado el crecimiento del número de habitantes de calle. Dijo que desde el terremoto de 1999 esa cultura se viene incentivando, muchos se acostumbraron a vivir de lo que les da la gente.

Cenexpo

Indicó que en Cenexpo hay en la actualidad 139 personas habitantes de calle que de acuerdo con la política pública gozan de total atención en cuanto a necesidades primarias y médicas. Aclaró que cuando inicio la cuarentena con motivo de la pandemia había 378, pero con la apertura económica de almacenes, panaderías, tiendas, una gran mayoría volvió a las calles, lo que explica la cultura del asistencialismo que hay en Armenia, una práctica equivocada que trae como consecuencia igualmente el consumo de estupefacientes de estas personas. Mientras duró el aislamiento obligatorio estuvieron en Cenexpo donde eran debidamente atendidos, ahora volvieron a lo mismo y por ello la ciudad se ve de nuevo afectada con esta problemática social, manifestó, asimismo dijo que también con la situación económica que se presenta con motivo de la pandemia aumenta la prostitución.

Viajeros

En los parques y calles de Armenia se ven a diario, aparte de niños, adultos y adultos mayores, tirados u durmiendo en los andenes y bancas, a personas con grandes maletas muchas de ellas solas o acompañadas que buscan algún lugar para descargar sus pesadas cargas para descansar y en cuyos rostros se denota la angustia del desarraigo. Al respecto, Patiño Zambrano dijo que no hay que olvidar que Armenia es un paso obligatorio para el sur del continente. “Muchos de ellos son venezolanos que van para el Perú en busca de oportunidades, uno se quedan y otros son jornaleros colombianos que están llegando con motivo de la cosecha cafetera de octubre próximo, o simplemente personas que buscan algún empleo y encuentran asistencialismo aquí en la ciudad”.

En cuanto a los venezolanos manifestó que en Cenexpo hay en este momento 24 personas de esa nacionalidad, que se tiene el programa de devolverlos a su país pero que con el cierre de fronteras no ha sido posible.

Niños

Sobre la utilización de niños para pedir limosna y el trabajo que muchos menores ejercen en diferentes frentes indicó que se está a la espera del Plan de Desarrollo donde se tiene el proyecto de Observatorio Social de Ciudad con el que en conjunto con Bienestar Familiar, la alcaldía de Armenia, el Ejército, la Policía y las comisarías de familia hacer un recorrido por los barrios, casa a casa para identificar la problemática social que no es la misma en los diferentes sectores y con ello aplicar los correctivos del caso.

Llamado

El secretario de Desarrollo Social de Armenia Juan Carlos Patiño Zambrano hizo un llamado a la ciudadanía en general para que no dé ninguna clase de limosna porque con ello se está patrocinado el consumo de droga y la permanencia de habitantes de calle en diferentes sectores de la ciudad. Invitó a los armenios a reflexionar sobre la cultura del asistencialismo para sacar adelante el proceso de resocialización.

Recorrido

En recorrido por la ciudad, EL QUINDIANO evidenció jóvenes, adultos y adultos mayores que duermen en los andenes de cualquiera de la calles de Armenia, en bancas de los parques, en los paraderos. Igualmente la utilización de niños para pedir limosna sometidos a largas jornadas al sol y agua sin ninguna intervención de la autoridad competente, entre ellos niños de comunidades indígenas que han llegado a la localidad donde tratan hacer vida en condiciones realmente infrahumanas.

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