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Región  |  13 marzo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

“Cicolsa”, los cítricos quindianos

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Jaime Lopera,

Un episodio interesante de mi paso por la Gobernación del Quindío en la década de los ochenta del siglo XX, transcurrió incidentalmente cuando se creó la empresa Cicolsa que hoy muy pocos rememoran. En desarrollo de una promesa de adelantar proyectos agroindustriales para mi comarca[1], ya posesionado en 1984 decidí mover cualquier proyecto de esa naturaleza que combinara no solo la inversión privada sino el compromiso de la administración pública en apoyarlo enteramente.

Pasaron los meses y parecía que no había ninguna perspectiva, ni un adelanto promisorio, hasta que un lector avisado del diario La Patria de Manizales tropezó con una noticia donde se reproducían unas declaraciones del Dr. Jorge Cárdenas Gutiérrez, a la sazón presidente de Fedecafé, en las cuales anunciaba la construcción de una planta de cítricos en el departamento de Caldas para cubrir la oferta de estos frutos en las tres secciones del eje cafetero.

La asesoría oportuna

Como una especie de reto, esa noticia tocó mis fibras regionales. De inmediato me apersoné de la nota periodística y, atendiendo a mi sola intuición, reuní a mi equipo de asesores en la casa campestre de Cesar Hoyos Salazar en “La Aldea”, jurisdicción de Circasia, a quienes les hice partícipes de una idea: “pidámosle a la Federación que la planta de cítricos se ubique en el Quindío de tal modo que los recursos del Fondo Nacional del Café irriguen por igual a los tres departamentos”. En esta reunión el abogado Oscar Jiménez Leal sugirió llamar a Héctor Rojas Castro, su pariente calarqueño quien entonces trabajaba como Director encargado del diario manizaleño mientras duraba la ausencia de su titular, y por supuesto era quien estaba a cargo de los editoriales principales de cada día.

Héctor Rojas, inolvidable cooperador de nuestra iniciativa, accedió a ocuparse del tema pero pidió que le enviáramos por adelantado una especie de memorando donde se describiera la intención de tener esa planta de cítricos para el Quindío. Escrito a cuatro manos, el aludido mensaje se le remitió por fax… y cuál no sería nuestra sorpresa cuando al día siguiente, inopinadamente y con muy pocos ajustes, el mensaje salió publicado en La Patria con todo el protocolo de un editorial de la fecha.

La repercusión del editorial fue sorprendente, no solo en las filas de los cafeteros caldenses y risaraldenses sino en las oficinas principales de Fedecafé en Bogotá. En principio la posición del diario en favor de la idea no les gustó a los altos funcionarios del gremio dado que el rotativo manizaleño siempre había defendido a capa y espada los intereses de la Federación y del Comité de Cafeteros de Caldas, en especial cuando se trataba de decisiones orientadas a esa región. Muchos años después Héctor, antes de morir, me contaba que sus problemas ulteriores con los propietarios del periódico se habían despejado gracias a la rapidez como Cárdenas Gutierrez aceptó enfrentar el asunto sin conflicto, quizás por el temor de que un disturbio mayor pudiera acrecentar los reclamos de otras unidades cafeteras y hacerlo inmanejable. Por supuesto, habíamos ganado el primer round.

Una sociedad quindiana

De inmediato procedimos convocar a los cafeteros locales, y a otros empresarios de diferentes sectores, con el objeto de que le hicieran compañía a la Gobernación en el compromiso de adquirir acciones de la nueva empresa, contando con un capital semilla que se había previsto con fondos gubernamentales. Reunidos en el Teatro de la Cruz Roja una cantidad enorme de quindianos, de risaraldenses y personas del norte del Valle que deseaban ser accionistas (con esta que comenzaba como una empresa industrial y comercial del Estado con aportes públicos y aportes privados del Fondo Nacional del Café), se consiguió una notable proporción de las acciones públicas gracias a que la Asamblea Departamental, sesionando en forma extraordinaria, llegó una noche al propio Teatro con una Ordenanza autorizando aportar $ 27 millones de pesos que nos hizo tener la mayoría accionaria en Cicolsa. La empresa agroindustrial era un hecho.

Después de sortear las diversas dificultades para una empresa que tenía sus acentos políticos, porque la oposición acusaba al Gobernador de derivar beneficios de la misma, la fábrica fue puesta en marcha con todos sus desarrollos. Sería innumerable la cantidad de detalles que se sucedieron después de mi dejación al cargo de Gobernador, removido por sorpresa gracias a la trama de los conservadores que deseaban ese cargo para sus intereses electorales hasta vencer la voluntad del Presidente Betancur para darles la razón. No conozco las causas del manejo que le dieron a la empresa Cicolsa pero en unas administraciones ulteriores, y sin saberse las razones completas, la empresa se privatizó y la nostalgia de un propósito frustrado es mi única recordación.

Cicolsa y sus desarrollos

Cicolsa nace, como es comprensible, en calidad de un programa de diversificación de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. En ese año de 1984 se constituyó la sociedad anónima denominada Cítricos de Colombia S. A. con el objeto de desarrollar un proyecto agroindustrial dedicado a la producción y exportación de concentrados de frutas. Como dijimos, el socio principal de la Gobernación era la Federación Nacional de Cafeteros y tenía como accionistas a cafeteros de los departamentos vecinos y aquel importante aporte societario de la administración departamental aprobado por la Asamblea de esa época.

Se me han suministrado nuevos datos. En el año 1990 la empresa de origen norteamericano Meals de Colombia S.A. ingresa como socia (con el 49% de la propiedad) y más adelante, en 2002, se escinde la sociedad Cicolsa, transfiriendo en bloque parte de su patrimonio a Meals con excepción del área agrícola que, en ese momento, es denominada como la División Agroindustrial de Meals. En noviembre 12 de 2004 se liquida la sociedad Cicolsa, pasando como área agrícola a la mencionada División Agroindustrial de Meals de Colombia S.A.

Nuevas inversiones se suceden en aquel tiempo. En enero de 1992 se había inaugurado la planta de producción de concentrados de maracuyá y naranja, con destino al mercado internacional. En 1994 inicia operaciones el vivero. En 1997 se abre la promoción de la siembra de la variedad Sweety Orange. En 2002 Meals de Colombia adquiere el 100% de las acciones y se formaliza la División Agrícola, D.A. En 2002 se traslada la planta de producción de Country Hill de Bogotá a la D.A. y se direcciona el manejo de marca desde la D.A. En 2003 comienza el proceso de abastecimiento de ingredientes especiales a las plantas de Manizales y Bogotá, para las líneas Cream Helado, Yoplait y Country Hill.

Las variedades de cítricos que se impulsaron

Dentro de los temas importantes de Cicolsa, desarrollados con el empresario Alberto Montoya Fayad a la cabeza, estuvo la variedad Sweety Orange que hoy se comercializa en todas las cadenas del país y se convirtió en la más importante alternativa para la siembre de cítricos en toda la región de influencia de la planta. En el presente la industria de los cítricos en Colombia, dice Montoya Fayad, “parece que tiene que dar un importante giro, ya que debe ir adecuando las calidades de los concentrados producidos en el país, de acuerdo a las normas internacionalmente aceptadas”.

Cuando se inició la operación de la División Agroindustrial de Meals de Colombia (antes llamada Cicolsa, S.A.) se tenía como prioritario el acopiar volúmenes importantes de fruta con el fin de tener una adecuada ocupación de la planta, situación que no se dio, de un lado por la baja área sembrada de naranja y de otro, por el inesperado incremento de la demanda para el mercado.

Esta experiencia de crear una empresa agroindustrial en el Quindío, con fondos públicos y privados, fue quizás uno de los primeros esfuerzos para darle una orientación de dicha naturaleza al desarrollo económico de la región y una señal de que dicho camino podría ser viable como lo había señalado Gomez Ceballos.

Los canadienses se acercan

En aquellos mismos días en que estábamos organizando a Cicolsa, llegó a Armenia una comisión estatal de canadienses interesados en comprar alimentos para su país con la siguiente propuesta: Canadá se comprometía a adquirir todo lo que la cordillera central produjera en papa, hortalizas y verduras que serían llevadas totalmente en contenedores por Buenaventura a Montreal sin dejar nada para el consumo local. A cambio de esa inusitada compra de contado, y en moneda fuerte, los canadienses suministraban a los quindianos toda la asistencia técnica con agrónomos de ese país, las semillas, los fertilizantes y empaques necesarios para una operación en grande que fortalecería el comercio exterior y la balanza comercial con ese país del Norte.

Estábamos felices: la propuesta agroindustrial progresaba con esta nueva iniciativa. Entonces nos pusimos en acción para aceptar las formidables expectativas que un proyecto como estos nos ofrecía; visitamos a varios propietarios de fincas ganaderas de la cordillera, por Navarco y Santo Domingo arriba, donde pudimos convencer a varios finqueros de dar en arrendamiento al Departamento una porción de unas cuantas hectáreas para construir los invernaderos apropiados para esa clase de cultivos.

En varios casos, alcanzamos a firmar cartas de intención con los ganaderos, las cuales serían dadas a conocer a los canadienses para preparar los primeros desembolsos pues ello significaba el aval del gobierno departamental al proyecto. Precisamente estando en esos preparativos, y en la víspera de reunirnos con la delegación de Canadá, el Presidente decidió nombrar un nuevo Gobernador para darle satisfacción a su propio partido y desplazar al liberal lopista que allí estaba. En consecuencia, entregué toda la documentación de los canadienses al nuevo mandatario, Rodrigo Gómez, recomendándole que prosiguiera con un proyecto tan importante y beneficioso para la región, y aún hoy ignoramos las razones por las cuales los canadienses nunca más volvieron a pisar tierra quindiana.

Marzo 2021

*En la foto que acompaña este escrito durante la ceremonia de la primera piedra de Cicolsa aparecen: con boina, un sacerdote que acompañó la ceremonia; Alberto Espinosa, Presidente de Meals en aquel tiempo;; Alberto Montoya Fayad, miembro de la Junta Directiva y luego Gerente desde 1995-2017; Julio Cesar Rodríguez, Gerente en ese entonces; Samuel Grisales, Gobernador del Departamento; Víctor Beltrán, miembro de la Junta Directiva; Cesar Hoyos Salazar, Alcalde popular a esa fecha; Horacio Jaramillo Bernal; Oscar Jaramillo, Director del Comité Departamental de Cafeteros del Quindío y miembro de la Junta Directiva; y el Comandante de Policía Quindío.

** "Meals es hoy una firma colombiana perteneciente al grupo Nutresa".

[1] En apoyo de la idea de mi amigo J. Alberto Gomez Ceballos quien abrió un importante y novedoso debate al respecto con su libro Industrializar al Quindío: ¿una Utopía?, en 1974.

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