Luis Guillermo Arango B.

El aguacate, que debe su nombre a una palabra azteca, es originario de América. Tiene tres razas, una de Méjico, otra de Centro américa y otra de las Antillas o de Sudamérica. La de Sur América, se ubica su origen en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Es una planta nacida y desarrollada en condiciones de trópico en la franja cercana al Ecuador geográfico. Se aprecian diferentes variedades o tipos en especial en los actuales departamentos de Cesar, Guajira y Magdalena, pero tal vez por razones naturales o del hombre se llegó a pensar que su centro de origen estaba en el centro del país, las zonas aledañas al municipio tolimense de Mariquita o al caldense de Victoria.

De los sitios en donde crecía en forma natural, los mejicanos se lo llevaron más arriba, hasta California, en donde era famosas las frutas o se lo llevaron a España. Siempre se ha dicho que las mejores variedades o son de Castilla o son de California. Pero de ahí se ha extendido a sesenta países mas, incluso hoy se tienen plantaciones en China.

Por ser un cultivo tropical, significa que necesita en primer lugar que las horas de luz sean largas, pero bien distribuidas, para que su fisiología sea la ideal. Cuando uno se lo lleva a zonas en donde hay estaciones, es necesario tener un método de cultivo distinto, que cada cual conoce bien. Si esto no ocurre, pues el desarrollo no es el mejor o se requiere tener alguna práctica agronómica. A más de las horas de sol, el árbol de aguacate, requiere disponibilidad de aguas y de nutrientes. El agua es la que cae del cielo y para el caso de la zona central cafetera colombiana, es alrededor de 2.200 milímetros al año, distribuidas en más de doscientos días con lluvias, hay que anotar que un milímetro de lluvia es como si cayera un metro cúbico de agua. [i]En el año y para la región hay un período de menor precipitación y eso es lo que se conoce como estrés hídrico, ideal para la floración de los cafetales y posiblemente de los aguacatales.

Los árboles de raíces profundas y de abundantes raíces laterales, toman el agua que hay en el suelo. Muchas veces se profundizan y así, a más de tomar el agua, resisten las fuerzas del viento que los quieren tumbar. En la región de la cordillera Central de Colombia, los suelos son ricos en agua, lo que se refleja por la cantidad de ríos, quebradas o lagunas que se presentan y en las numerosas zonas de nevados o de páramos en el llamado Parque Natural de los Nevados.

Lo indispensable para el desarrollo de un árbol es la disponibilidad de nutrientes en el suelo. Los suelos de la región central cafetera de Colombia, son suelos fértiles o sea que tienen un bien contenido de minerales, lo que se refleja en su vocación agrícola o ganadera. Fuera de eso, son suelos más o menos de uso reciente en la agricultura o en la ganadería y en la presencia de mucha vegetación natural tipo arbustos o bosques. Esta fertilidad es diferente en muchos casos, en otras regiones o países, en donde deben utilizar minerales o suelos o sustratos de otras partes.

El aguacate, como árbol, tiene una situación muy especial y es que sus flores actúan un rato como machos o sea que producen polen y otro rato actúan como hembras o sea que reciben el polen. Ese comportamiento de dando y recibiendo, requiere que los organismos encargados de polinizar deben actuar en forma coordenada, organizada y precisa y de ahí que se necesitan o los vientos o los insectos o las aves o los murciélagos o cualquier otro agente, para que ese millar de flores por árbol se conviertan, en frutos.

Para el caso de Pijao, el Hollywood criollo, estas características de película son una ventaja que hay que saber aprovechar y eso supone que hay otras zonas envidiosas y que quieren llevarse para allá esa industria. Por ahora, hay que luchar para que ese pueblo de caminar pausado y de aspecto cansado, marche hacia el progreso y como decía don Alfonso Quijano: “ladran Sancho”

[i] GASTON HERNAN PEPA. ¿Sabe usted cómo se mide la lluvia? CORDOBA TIMES. Argentina. 27 de noviembre de 2013.