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Cultura  |  27 octubre de 2023  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Dos cartas en 1981: La primera de Darío Tobón y la respuesta de Hernán Restrepo Duque

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Rubias de Nueva York con Carlos Gardel

Ayer y hoy al compás del tango

Por Darío Tobón Montoya

Desde Armenia, en el mes de marzo de 1981, escribí una carta a la sección “Preguntas y Respuestas” que en EL TIEMPO dirigía Manuel Drezner, que él publicó con el titulo de “Los Tangos”, en la edición del 3 de abril de ese año, en el mismo periódico. Recojo parte de su contenido: Le informo que Horacio Ferrer en su monumental obra, editada en 1977 “El libro del tango”, escribe en la pagina 199 lo siguiente: “Ricardo Mejía es un comerciante colombiano, cuarentón, que la RCA Víctor ha contratado para la gerencia de la productora porteña. El ha ordenado… la destrucción de buena parte del archivo de matrices de la empresa:

“En esa quema perece casi todo el tango grabado durante más de cincuenta años. Esto con el objeto de promover los discos de La Nueva ola en la mitad de la década de los 40”. Yo escribo: “para mí, como para tanto tangófilo, este es un hecho trascendente y desconcertante, me gustaría saber si usted o uno de sus corresponsales (pienso en Hernán Restrepo Duque, el único colombiano citado elogiosamente en el diccionario de las figuras de tangos que trae esa obra). El podría ampliar la historia de esta destrucción masiva del archivo cultural de un país, Argentina, en la cual está comprometido un compatriota”.

Resumo la respuesta de Manuel Drezner: no entiende que se haya producido tal situación e inicia una explicación sobre las características de los discos de 78 rpm y de la vida de las matrices que los originan. Y habla de que yo al referirme a su amigo Hernán Restrepo, tan experto en tangos y discos, a él le solicitará que aclare lo que sucedió en el archivo argentino y la razón de la presencia de un colombiano en posición de tanta responsabilidad. Drezner termina la respuesta con las siguientes palabras: Cuando algo es tan ilógico, lo más probable es que no sea cierto.

En la misma sección de Preguntas y Respuestas, se produce la respuesta de Hernán Restrepo, que se publicó el 11 de abril de 1981.

Como para los historiadores y difusores del tango en Medellín que leen mis crónicas, es probable que no tengan conocimiento de esa carta del maestro Restrepo, trataré de reproducirla en sus conceptos fundamentales. Anuncia que el tema da para una crónica larga “que a lo mejor escribo” (no sé si ello ocurrió). Comienza Restrepo Duque:

  1. Ricardo Mejía no era colombiano sino ecuatoriano, lo consideraban colombiano puesto que fue gerente en Bogotá por varios años de Almacenes Sears.
  2. Contratado por la RCA argentina tuvo que tomar “medidas heroicas” ante el cadáver que le imponían resucitar en un país que estaba hastiado de malos tangos, tratando por otro lado de sacudirse los excesos nacionalistas que le había dejado la época peronista.

 

Sigue escribiendo Restrepo: Fui testigo presencial de los acontecimientos (nota mía: él visitaba Argentina en ese tiempo). Mejía me abrió los archivos, “las cavas” de la RCA y pude traerme más de 300 o 400 matrices que programé en la serie local a mi paso por la dirección de esa empresa en Colombia (que mantuvieron vivo el tango en nuestra patria, mientras declinaba en Argentina). Puso a mi disposición empleados especiales, colaboró como ninguno de los capos de la RCA antes  a mis oficios de programador.

Pero él, experto en mercadotecnia, necesitaba otra cosa en su plaza, la puso en práctica y despertó un movimiento de características gigantescas que cambió el “sonido” musical popular de Buenos Aires. Solo conservó “la que se vendía”: D´Arienzo y dos o tres más. Eso naturalmente le creó malquerencia de los tangueros. Le creyeron la leyenda maliciosa que recoge Ferrer. (que todavía persiste, como lo expresó Ariel Ardit en su entrevista publicada en el tomo 20 de la colección “Historia del Tango”, del año 2011, donde repite las palabras dichas por Horacio Ferrer.

Ariel Ardit es muy buen cantante de este siglo, ampliamente apreciado en Medellín donde grabó el extraordinario Cd “Gardel sinfónico” con la música de la Filarmónica de esa ciudad.

Siguen las explicaciones de Hernán Restrepo: el deterioro de matrices quizás tuvo su origen en el estado lamentable en que se hallaron algunas de ellas, que fueron victimas de la humedad por descuido de sus antecesores. Muchas estaban ya inservibles y él me ayudó a buscar con los coleccionistas discos en buen estado para reconstruirlos… fui coprotagonista de los hechos. De ellos quedaron apuntes en revistas de la época, pero no bastaron para que cesara “la mala prensa a Mejía en los medios tanguísticos”.

En su carta termina Hernán hablando de la pérdida de matrices a causa de la Segunda Guerra Mundial. En la respuesta que Drezner da a la anterior misiva, muestra satisfacción por las palabras de Restrepo y las comparte.

 

Complemento:

La Primera Guerra Mundial. Los cabarés de Buenos Aires, la prostitución y el tango.

En la etapa del florecimiento de los cabarés en Buenos Aires a partir de 1920, que constituyó un aporte esencial en el desarrollo del tango, hizo irrupción en ellos de manera destacada la mujer europea, especialmente francesa. Estas mujeres jóvenes, viudas o huérfanas por la conflagración, encontraron en  la migración a Argentina un modo de subsistir. Las francesas eran llamadas muguetes, poupeés o gamines, y las de otras nacionalidades, especialmente polacas o rusas, eran las denominadas papirusas.

La mayoría de las mujeres necesitadas, eran reclutadas por proxenetas europeos, muchos polacos, los llamados macrós. Ellos armaban grupos que llamaban “fardos”, que las desembarcaban en Montevideo. La mayoría de ellas encontraban ocupación en los más famosos cabarés. Allí hallaban oficio como cabareteras o meseras, o como milongueras (bailarinas). A veces los dos oficios los desempeñaba una sola mujer y también ofrecían  atención íntima. Otras iban a lenocinios famosos, y una buena tanda creaban las maisons francais (casas francesas) que eran prostíbulos unipersonales, muy camuflados entre viviendas corrientes. Allí, cuando llegaba un cliente y timbraba, la inquilina se asomaba al balcón y si lo aceptaba, le arrojaba una chancleta. Esa expresión “tirar la chancleta” originó un dicho muy popular en Argentina que significa la aceptación de algo.

A continuación, podrán disfrutar de cantantes aparecidos en la época de la Nueva Ola y de Ariel Ardit.

https://youtu.be/LztZVARboVw?si=nDRTSVD01HdhiOqZ    Violeta Rivas - ¡Qué suerte! (1964).

https://youtu.be/uQq9FZ_e5OE?si=kzq_xbQ_Xc4jyiBa .      Violeta Rivas - sin piel.

https://youtu.be/NnONRqi0fBk?si=gstRbbQbYtuohbdq        Néstor Fabián – Desencuentro.

https://youtu.be/cPcTEzb2Ai8?si=5wt712Uu4gV5P21N        Néstor Fabian - Tinta Roja.

https://youtu.be/bEuhS5mQzdI?si=RrhDR7TtD_SK8Poo     Raúl Lavié – Solo se quiere una vez.

https://youtu.be/qVh7me9GH4M?si=VZDLGLRI-By39WbR  Raúl Lavié – Los mareados.

https://youtu.be/0WCSqhPnkM8?si=YgwGkWHG2HB7EcI5 Ariel Ardít Filarmónica de Medellín – Volver.

https://youtu.be/OBecw_gpqRI?si=2_SAn1cprVt6Y10Z        Ariel Ardít Filarmónica de Medellín – Rubias de Nueva York.

 

Armenia, 27 octubre de 2023.

 

 

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