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Cultura  |  01 marzo de 2024  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Los papas y el baile del tango. El embuchado al papa Pío XI

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Ayer y hoy al compás del tango

Darío Tobón Montoya

Pio X – Imagen de L´IIlustration

A principio del siglo XX, París era la capital del mundo. Para los ricos bogotanos, era la Miami de ese entonces. El primer lustro de la segunda década de ese siglo fue el escenario de tres sucesos musicales trascendentales, que influyen todavía:

  1. El estreno de la obra sinfónica coreográfica “La consagración de la primavera” de Igor Stravinski, que produjo un escándalo nunca visto. Esta obra y otras del mismo maestro, abrieron el camino de la música clásica moderna.
  2. La llegada de los Ballets Rusos de Serguei Diaguiver, una mezcla de folclor ancestral y actual.
  3. La introducción del baile del tango por el bailarín Ricardo Guiraldes y el pianista Alberto López Buchardo, que conmovió todo París, Francia y Europa en 1912.

En esta crónica nos referiremos a la impresión negativa que produjo ese baile en la Iglesia. El obispo primado de París lo condenó.

La figura de esta primera parte de la crónica es el Papa Pio X, quien ejerció su apostolado entre 1903 y 1914. Prohibió el tango por obsceno.

En los libros de tango de épocas posteriores, aparecieron dos historias a las que me referiré, que tratan de los intentos para el levantamiento de su condena. En el libro “Tango” de 1997 Artemis Cooper relata lo siguiente: En la publicación periódica parisina L´IIlustration de febrero de 1914, trae una imagen en la que aparece Pio X observando a una pareja elegante de jóvenes, bailando tango. Y trae la noticia: Un príncipe italiano, vuelto amante del tango se reúne con un cardenal cercano al Papa y le comenta que desea hacerle al pontífice una demostración de baile de tango “revisado y corregido”, con el objeto de hacerle cambiar la opinión que tenía sobre esta danza.

Se acercan al prelado, que estaba reunido con dos jóvenes hermanos de la nobleza romana. El papa acepta que se le haga esa presentación, pero exige que la hagan los hermanos allí presentes. Terminada la demostración, el papa no se encuentra conmovido por ella. Como él era natural de la región italiana de Veneto, le dice a los danzantes: “¿Por qué adoptar esas bárbaras contorsiones, propias de negros o de indios? Por qué no elegir la furlana, la bonita danza veneciana, tan elegante y graciosa?” No hubo aceptación ni bendición, ni tampoco rechazo.

Pio XI

En otro libro, he encontrado un relato totalmente disímil, con diferentes personajes. Debo reconocer en este momento que no hay certeza absoluta de los encuentros con los papas.

Cuando ascendió en 1922 al trono de San Pedro el Papa Pio XI, todavía se mantenía la prohibición, considerada pecado mortal, del baile del tango. Al Vaticano llega como embajador argentino Daniel García Mansilla, quien establece como una de sus prioridades lograr el levantamiento de la condena al baile de tango. Contacta al gran bailarín “El Vasco” Casimiro Aín, quien se encontraba en Europa acompañado por su pareja artística, la bailarina alemana Edith Peggy. Al llegar a la sede diplomática, la pareja, Mansilla se queda mirando a Peggy, una hermosa joven y rubia mujer y advierte que no es la pareja ideal para la exhibición, ya que el Papa al contemplarla entraría en dudas. Decide recurrir a su secretaria María Scott, mujer de edad media, sin muchos atractivos físicos, que no sabía bailar tango. Aín la entrena unos días en los pasos que debe efectuar.

“El Vasco” Aín -  Embajador García Mansilla

Para el día de la presentación el 1 de abril de 1924, llega Aín con un serio y solemne esmoquin y la señorita Scott cubierta por el más sobrio posible de los vestidos de color negro intenso, que le cubre hasta los tobillos y que le ocultan los brazos. En la cabeza lleva la obligatoria mantilla, que deben portar las mujeres que se presentan a audiencia ante el pontífice. Un armonio empieza a interpretar el tango Ave María, de Francisco Canaro. El significado de este nombre no corresponde al que le hicieron creer al Papa: una advocación a la madre de Dios, sino que realmente es una expresión de lenguaje cotidiano, como el conocido “Eh Ave María, pues” de los paisas!

Tomados de las manos, bailan un monótono y ambiguo ritmo. Al terminar el baile, “El Vasco” improvisó una figura, que colocó de rodillas a su pareja frente al Papa. Manteniendo una mirada lejana y guardando largo silencio, al fin exclama el Papa: la danza es inocente y hermosa. Concede la anhelada bendición, vigente exactamente un siglo después.

Existe una tercera historia de la autoría de Outleda y Casinelli, periodista y autor de tangos tan populares como Estrella y Amor de marinero. En el anuario del tango de 1989 apareció esta crónica que confunde las parejas de Aín y a Pio XI con Pio X. Este relato fue el que yo utilicé en mi crónica de hace muchos meses, “El baile del tango y la iglesia”.

La veracidad de estas historias, ha sido puesta en duda por investigadores del tango. Uno de ellos revisó los archivos del Vaticano, incluyendo los ejemplares del periódico Il Observatore Romano de la época y no encontró ninguna referencia concreta sobre estos encuentros.

Sin embargo, entrevistado “El Vasco” Casimiro Aín, confirmó la realidad de esa visita. Algunos historiadores la dan total crédito.

 

Como es usual, a continuación puede el lector oír y ver una selección de temas mencionados en este artículo.

 

 

https://youtu.be/0TAKMxj1XkI?si=Zxg3SI3SFMELNcS-   Ave María – Francisco Canaro.

https://youtu.be/W6ZxixS88BE?si=SbdTuH1-oyugTAYF Alfredo De Angelis - Oscar Larroca - Igual Que Dios

https://youtu.be/duBoK0Nx9f8?si=Pm3M9S05x3nfNfKD Primer Mandamiento Frente A Dios – Néstor Moreno.

 

 

 

Armenia, viernes 1 de marzo de 2024.

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