Los gatos son conocidos como poco bebedores, lo que puede preocupar a muchos dueños que consideran que sus mininos no toman una cantidad suficiente de líquidos. Ante esta situación, es muy común ofrecerles comida húmeda (las famosas "latitas"), pero que tan necesarias son.

"Lo habitual es que un gato por sí mismo beba el agua que necesita", asegura Mireia Berenguer, especialista en conducta felina por la Sociedad Internacional de Medicina Felina. "Por supuesto, debemos asegurarnos que siempre tiene agua fresca, sus bebederos están limpios y que la colocamos en los lugares adecuados a sus necesidades como felino".

Hay felinos que por enfermedad, una operación o algún problema de salud, estén bebiendo menos agua de la habitual y, por tanto, la comida húmeda no solo es un aporte extra de agua si no que puede animarles a comer.

En otros casos, hay gatos con determinadas enfermedades asociadas, sobre todo al tracto urinario y riñones, para los que sí es interesante un aporte extra de agua. En estos casos, beber y dar comida húmeda en las raciones diarias puede ser de gran ayuda en la evolución de su enfermedad.

Este tipo de comida nos ayuda mucho a la hora de administrar medicaciones como jarabes o pastillas aplastadas, que son fáciles de camuflar.

Para saber si la comida que le estamos ofreciendo es de calidad, debemos analizar el etiquetado, sus ingredientes y los porcentajes de proteínas, agua, hidratos de carbono, grasa... Y, sobre todo en el caso de gatos con enfermedades, que sea un alimento adecuado para su patología.

A la hora de darles comida húmeda, tenemos que tener en cuenta el total de ingesta de comida del día y el peso de nuestro gato, para hacer un balance con la comida seca y evitar el sobrepeso.