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Columnistas  |  12 enero de 2019  |  12:00 AM |  Escrito por: Aldemar Giraldo

Ahorrar para después

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Aldemar Giraldo

Al escuchar y leer noticias quedé con la boca abierta: “el 80% de los encarcelados por su participación en el carrusel de la contratación ya está en la calle o en la casa”, como quien dice, en Colombia, es más grave robarse una gallina que substraer 60.000 millones de pesos de las arcas de Bogotá. Aquí, la gracia es tener con qué pagar un buen abogado, ser de “buena familia” y haber desempeñado un cargo importante en la administración.

Lo grave es que don Samuel Moreno, don Héctor Zambrano, don Alvaro Dávila, don Julio Gómez, don Andrés Cardona, don Orlando Parada, don Manuel Nule y don Manuel Sánchez continúan tras las rejas; es un mal mensaje para la ciudadanía; su único delito ha sido cobrar “comisiones” a los contratistas, robar en contratos, organizarlos a su amaño, malgastar los fondos del municipio, cambiar la destinación de las asignaciones presupuestales, etc. Los jueces han sido injustos con estos personajes, pues se les ha olvidado que son de buena familia y que le han prestado grandes servicios al Ayuntamiento y al Estado. Hemos tenido la oportunidad de ver sus rostros adustos, sus cachetes de ángeles y los vestidos elegantes que lucen durante las audiencias. ¿Por qué, señores tan refinados y distinguidos siguen en prisión? Me imagino que les tienen tirria o los odian.

Con relación a los que están en libertad o en sus mansiones, lo han merecido, ya que no representan peligro para la sociedad, se han vencido los términos, han cumplido la mayor parte de su condena, se encuentran muy enfermos o son cabezas de hogar (“Sed lenta lex est lex”). Importante recordar sus nombres, pues pueden servir como personajes para el realismo mágico contemporáneo: Guido Nule, Miguel Nule, Emilio Tapia, Mauricio Galofre, Andrés Camacho, Hipólito Moreno, Inocencio Meléndez, Andrés Jaramillo, Iván Moreno Rojas, Álvaro Cruz, José Juan Rodríguez, Wilson Duarte, Iván Hernández Daza, Germán Olano, Paola Solarte, Orlando Fajardo y Juan Eduardo Montenegro. Como dice la doctora Ramírez, “esta sí es la tapa de la olla”, algunos personajes de esta lista han demandado a la nación y exigen el pago de daños y perjuicios, o sea, que vamos a quedar en deuda con ellos. En términos bien sencillos, roban y ahorran para después.

Otros han trabajado en prisión o se han dedicado al estudio de los presocráticos, cosa que nos tiene preocupados; al momento de hacer la “cuenta” les quedaron debiendo tiempo para el próximo juicio que no será tarde. Según un renombrado jurista, Pedro de Urde Malas entró a prisión el mismo día que los hermanos Nule, condenado por el robo de un celular de baja gama; le faltan ocho años para salir, a pesar de su buena conducta y su desempeño como “maestro” en la blanca. Como decía mi abuela: “A la sombra de los buenos, viven los malos”.

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