Estamos ante un verdadero dilema: escoger unos buenos empleados para nombrarlos en las próximas elecciones de octubre, como gobernantes pero que sean idóneos, capaces, honestos y de sentido común para dirigir un país que cada dia se nota más desvertebrado y de capa caída por los pésimos presidentes, gobernadores, alcaldes, senadores, representantes, diputados y concejales, que han pasado a la historia como unos verdaderos ignorantes en el manejo de la cosa pública.

Si empezamos por el Congreso, los señores y señoras que nombramos para esos cargos, no van sino a calentar banca y a gastar calzones, porque no les interesa sino el dinero, la mordida, la mermelada, el soborno, los contratos, el aprovechamiento del salario que ganan los pobres que apadrinaron, los viajes por todo el mundo a costillas nuestras sin un control que los ponga en cintura, el altísimo salario que los presidentes lambones y sin escrúpulo les van aumentado cada que les da la gana, las enormes suma de dinero que les pasan las multinacionales y empresas medianas para que no los perjudiquen económicamente en detrimento del pueblo y muchísimas entradas más que los vuelven multimillonarios en sólo 4 años de paseo laboral por el congreso. La verdad es que no se vuelven a acordar que el cargo se lo otorgamos nosotros y es por nosotros quienes deben trabajar por las graves penurias que afronta el 80% de la población. No entienden que el desempleo no es lo que diga el DANE quienes recogen esos datos solo de los que están trabajando y sin trabajo hay por lo menos el 20% de la población laboralmente activa. Como les parece legislando con multas a los pobres que venden en las calles sabiendo que en el día no alcanzan a obtener para su sustento diario menos para pagar una multa, en vez de legislar para darle trabajo digno a esa población flotante. En ese mismo orden de ideas está lo de las multas de tránsito en donde existe una, de más de 28 millones de pesos, cosa por demás ridícula en un país de pobreza extrema. A raíz de estas descabelladas y absurdas medidas, están los municipios con pasivos que superan los 30 mil millones de pesos, en las secretarías de tránsito. Es lógico, no les alcanza el salario mínimo para subsistir, mucho menos para pagar unas arbitrariedades de los ignorantes congresistas, que como lo tienen todo a costillas nuestras, el pueblo que les dio el puestico, que se mueran de hambre.

Otro punto que nunca tratan, es de atajar el desbordado incremento en los combustibles, con un cuento chimbo del gobierno que porque sube el precio internacional, cosa ilógica porque antes debe bajar y además nosotros tenemos petróleo suficiente para que el galón de gasolina, esta no deba subir más de $4.500.oo galón. Como no piensan con la cabeza, no se dan cuenta que esto incrementa en una forma exorbitante el costo de vida, convirtiendo a la clase media y baja con más dificultades para subsistir. Alemania, Francia, Ecuador y otros países, en donde suban la gasolina, la presión del pueblo tumba la medida. Así debe ser aquí.