El Departamento del Quindío viene padeciendo hace más de dos décadas la falta de liderazgo, improvisación, desgreño administrativo y corrupción, lo que nos ha impedido desarrollarnos a todo nivel, por lo menos a los mismos estándares de nuestros vecinos.

En el concierto nacional no contamos  y existimos solo en los titulares nacionales cuando cogen presos a funcionarios, o los inhabilitan por actos contra la administración pública. En el ámbito regional, nos utilizan para entregarnos las migajas que quedan de los proyectos de impacto en las zonas del eje cafetero. En nuestro departamento nos destrozamos mutuamente con un canibalismo a ultranza y algunos basan el éxito de ellos, en el fracaso de los demas. 

Si continuamos por esta vía, serán otros 4 años perdidos, que traducidos a la dinámica del progreso de los demás, podemos convertirlo en 20 años de atraso.

Hoy, están al frente de estas responsabilidades, nuevas caras y por supuesto formas diversas de ver el departamento y los municipios. Es gente buena, bien intencionada y preparada profesionalmente, lo que no les permite tener excusas para que en un futuro estén cuestionados, o peor aún, bordeando los incisos del código penal o sufriendo el peso implacable de los organismos de control.

A todos desde esta tribuna, les auguro lo mejor, porqué si a ellos les va bien, al Quindío y a los quindianos nos ira mejor; los conmino a liberarse de las ataduras del pasado, a romper esquemas y atreverse a pensar en grande.

Nuestra hermosa región tiene más futuro que pasado, y entre todos retomaremos el norte que los fundadores nos trazaron y que perdimos en alguna parte de este viaje. Por ahora un compás de espera.