• VIERNES,  26 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  28 enero de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Gloria Chávez Vásquez

SANTA TULIA: HAGIOGRAFÍA DE LA PATRONA DE LOS BURDELES

0 Comentarios


Gloria Chávez Vásquez

Concluidos los homenajes de admiradores y devotos, a la reina de los prostíbulos en Armenia, podemos ahora examinar el otro ángulo, el ignorado, el de las mujeres cuya existencia fue afectada por la perenne presencia de esta señora, que no lo era tanto.

Si, Tulia Rendón fue un ser humano, que sirvió un propósito muy terrenal en esta vida del Eje Cafetero. Una mujer con historial trágico en su juventud y por ende un espíritu herido y ensombrecido. Personificación del karma social que cobijaba y daba confort a los que como ella tenían su alma vacía y relamían sus heridas emocionales con la cíclica adicción al sexo, a la bebida o a la droga según su gravedad. Aplicada su astucia, sagacidad y conveniente discreción a otra profesión u oficio, probablemente “La ñata” Tulia, hubiera sido tan exitosa en otros campos, pero con mejor reputación y mejores frutos.

Es cierto que, como me replicó un conocido escritor, después de un orgásmico homenaje a “la diva” de 92 años recientemente fenecida, “la prostitución no acabará nunca en la sociedad”. Como no acabarán las enfermedades sexuales, los abortos, los hogares desintegrados, los violadores, los abusadores, los alcohólicos y drogadictos que sustentan el negocio. Tampoco desaparecerán los efectos destructivos en los hogares donde el padre no da ejemplo de lealtad ni de respeto a la familia, y por tanto no inspira gratitud ni compasión., pero si motiva en sus hijos, con sus acciones, la inseguridad y el narcisismo que perpetúan la sicopatía. Y los estudiosos sociales seguirán preguntándose, ¿de dónde surge y qué nutre tanta violencia?

Y aunque es muy humano elevar a la altura legendaria a las criaturas que por su belleza, magnetismo animal y proezas sexuales deslumbraron en vida a hombres y mujeres, estos homenajes que convierten en heroína a una fémina que supeditó su servicio y astucia al negocio más viejo del mundo, no dejan de sorprender. La trata de blancas, cuyas relaciones públicas o púbicas se aplican al placer y a la complacencia, tiene como resultado, aparte de los hijos ilegítimos, las mujeres traicionadas, los celos, el soborno y el chantaje, los crímenes pasionales, además de otros daños colaterales, que han contribuido a desintegrar nuestra fibra moral. Como en el narcotráfico, otro negocio ilícito que ha azotado a nuestro país, en la prostitución se pierden fortunas en presupuesto para tratar de calmar la conciencia nacional, siempre esperando curar, no la enfermedad, sino sus síntomas, es decir, poner curitas en el tumor canceroso.

De ahí que resulte interesante la colección literaria sobre la nueva santa quindiana que rivaliza en leyenda con la Santa Evita de los argentinos, una persona que estiró la moral de su país como una cauchera y convirtió la corrupción en religión.

“Me contaban bellezas sobre esta atractiva mujer” recuerda mi amigo el escritor, que no conoció a “la diosa”, baja de estatura, regordeta y maquillada en exceso, tratando en vano de disimular la nariz que le mereció el mote. El “icono” que se paseaba por las calles de Armenia en su limosina reclutando muchachitas extraviadas o esposas descontentas, que tenían en común, haber sido iniciadas en su niñez por algún familiar o amigo.

Tulia Rendón sentó precedente por haber maquillado su burdel como un club, licenciado por uno de sus clientes que trabajaba en el gobierno, como un centro de coreografías. Quizás por eso sus admiradores y adeptos se sienten libres de decir que formaron parte de esa historia en el Quindío. Decir otra cosa en este momento, cuando tantos la lloran a moco tendido sería una herejía. Si hasta se habla de erigirle un monumento al estilo del camello, ese animal exótico y propio del desierto, que nada tiene que ver en estas tierras, pero que se alza orondo al sur de la ciudad.

PUBLICIDAD

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net