Desde su creación el Departamento del Quindío tuvo un norte completamente claro, sus fundadores y anteriores a ellos los colonos que llegaron de Antioquia y otras regiones del país, se quedaron aquí por la productividad de sus tierras, la exuberancia de sus paisajes y poco a poco esa mezcla de gente tan diversa fue generando una raza altiva, trabajadora y cálida.

La vocación agrícola no tiene dudas, todo lo que se siembra como por arte de magia crece vertiginosamente, algunos dicen que en esta tierra bendita por Dios “si uno mete la mano en la tierra nace otra”, los microclimas que se dan son variados en una extensión apenas de 1.845 Km, tienen las más diversas siembras que representan en un futuro la posibilidad real de autoabastecernos y exportar los excedentes dentro y fuera del país.

Cuando los colonos y fundadores se extasiaron con esta tierra prodigiosa, seguramente muchos de ellos y por supuesto nosotros vimos venir otra gran oportunidad el turismo y el punto de quiebre fue paradójicamente el terremoto de 1999, cuando con esa fuerza descomunal la naturaleza cegó tantas vidas, destruyo mucha parte de la infraestructura existente a esa época y nos entregó lecciones por doquier. Recuerdo como anécdota estando como Viceministro de Trabajo y sobrevolando con el Presidente Pastrana la catástrofe, entre lágrimas del presidente y todos los que lo acompañábamos le pedí que después de enterrar a nuestros muertos y curar a los heridos, nos dieran la oportunidad no de reconstruir, sino más bien de construir una nueva historia para la región y a fe que así se hizo.

Hoy estamos cerca de comenzar otra etapa épica para el Quindío y a finales del 2020 llegará queriendo Dios la tan anhelada Mega obra de los túneles, viaductos y doble calzada hasta la ciudad de Calarcá, esto nos conectara ahora si, en forma rápida y segura con los principales centros de producción del país y el mundo. Los cálculos de los expertos viales, aseguran que por esta vía se doblara tanto el tramo vehicular como el de personas, esto debe traducirse por su puesto en miles de oportunidades que si no estamos preparados simplemente las veremos pasar.

Debemos preparar a los empresarios para que crean en su propia tierra, preparar los gremios para que salgan de su zona de confort, preparar a los jóvenes para que asuman posiciones de mando, preparar a la clase política para que rompa con los viejos esquemas y se conecten con una región que reclama a gritos un cambio, preparar a los medios de comunicación para que se vuelvan portadores de buenas noticias, preparar a la academia para sintonizarla con el desarrollo regional, preparar al Quindío y a la zona franca para que se convierta en una gran plataforma de servicios, pero especialmente demos prepararnos todos para que entendamos de una vez por toda que esta maravillosa herencia no es nuestra, es prestada y si la sabemos aprovechar redundara en una mejor calidad de vida para nuestra gente y en oportunidades para todos .