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Columnistas  |  29 febrero de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Faber Bedoya

DE CRUCIFIXIONES, CAMBIOS Y RESURRECCIONES

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Faber Bedoya

Solo por la gracia de Dios, asistimos a nuestra septuagésima quinta cuaresma. Bueno, para ser más exactos, y contando solo desde cuando tenemos “uso de razón”, quedan sesenta y ocho cuaresmas. Hemos vivido muchas crucifixiones, pero más resurrecciones. Montañas, lagos, desiertos. Vivimos entre fariseos, escribas, paganos, republicanos. Discípulos, maestros. Y hemos tenido la fortuna de vivir los cambios que han sucedido, a lo largo de tantas Semanas Santas.

Conocimos la luz eléctrica, no en postes y cables, sino la producida por una planta eléctrica, que con una bombilla, reemplazaba las velas, la linterna y la caperuza. Nos permitía oír radio. Hasta cuando el abuelo decía, que apagaran la planta y todos a dormir. Cuando íbamos al pueblo, los domingos, admirábamos la luz con postes, cables, en las radiolas de los cafés. Conocimos el telégrafo, mi madre fue telegrafista en Montenegro. Nos traían a Armenia, donde el tío Alcibíades, a conocer el teléfono, el cual reemplazó el portátil que hacíamos, con dos vasos de cartón unidos por una piola. Y los equipos de sonido. Y apareció, irrumpió en nuestro océano de ignorancia, el televisor, en blanco y negro. En mi casa, en Armenia, y en bachillerato, no teníamos televisor. En el barrio la Pola, donde vivíamos, pocos tenían televisor. Pero todos teníamos radio y escuchábamos radio novelas. Loscampesinos tenían radio transistor, a los cuales les adaptaban pilas de linterna, para que les duraran más. Y era su compañía en el corte. 

Con el televisor apareció el Betamax, aparato que permitía grabar programas de televisión, mientras el usuario veía otro canal al mismo tiempo. Su tamaño era más pequeño que el VHS, de JVC. Y apareció la televisión a color. EL computador. El celular. Aquí fuéTroya. La evolución informática más grande que nos haya tocado vivir. No somos conscientes de los cambios que hemos experimentado en todos los órdenes. Antes pasar de un aparato a otro era cuestión de merecimiento, un premio, hoy es una necesidad, hoy sencillamente se tiene, o no se tiene. No importa lo que haya que hacer. Pero el hijo, que digo el nieto, tiene que tener ese aparato, que ni siquiera sé pronunciar su nombre. Menos sus características. Solo el precio, y no me cabe en la cabeza, todo ese dinero que cuesta, pero hay que regalárselo al niño. 

Pero encuentro muy significativo que cuando una población tiene acceso a los adelantos tecnológicos, en otras latitudes están descontinuados, o son obsoletos. Y es en todos los aspectos de la sociedad. Los medios de acceso a la información son cada vez más amplios. Para algunas comunidades, todavía, el medio de comunicación es la radio, para otras, la televisión, pocos la prensa escrita y son más los indiferentes al mundo que los rodea. Para muchos lo que en tecnología significa futuro, para otros ya es pasado. El celular, las redes sociales, parcializan, polarizan la información. Solo importa tener celular. Con audífonos. Advirtiéndose una nueva forma de comunicación entre ellos. Hasta hay quienes sostienen, que pueden oir radio, ver el celular, chatear, enviar mensajes y hablar con el humano que tienen al frente, alejando a los que estamos cerca y acercando a los que están lejos, pero de manera virtual. Vaya palabrita.!

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