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Columnistas  |  25 mayo de 2020  |  12:00 AM |  Escrito por: Juan Fernández Cerón

MAESTRO

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Juan Fernández Cerón

Quiero en este mes del maestro, día de felicitaciones, de halagos, por cierto muy merecidos, pero lejos de la razón de ser del verdadero sentir del ser maestro en Colombia y para muchas personas, por el desconocimiento de no querer reconocer su verdadera labor, como lo hacen otros países, donde ser maestro, es mucho más valioso que el ingeniero, que el médico, sin desconocer sus méritos, ingresar a la escuela de pedagogía para ser maestro, es tan difícil como la del médico o cualquier otra profesión, Día del maestro, es el diario vivir y tener presente su sacrificada labor. Nuestros antepasados lo consideraban, padre, hermano, consejero, lo respetaban y lo hacían respetar.

Quiero preguntarme o reflexionar sobre la palabra EDUCAR. Palabra que se la escucha a diario y en todo momento desde que fuimos engendrados, se dice: estoy educando a mi hijo desde mi vientre, dice la madre y le colabora el padre, luego lo hace la familia y luego se lo envían a la escuela, para que lo termine de educar. En este trabajo a que es sometido el ser humano, encontramos los resultados esperados.

¿Será, qué ser educado, es obtener un título de bachiller, de médico, de ingeniero o de cualquier otra profesión? Para ser colgado en el mejor sitio de la casa o de la oficina.

¿O será qué ser educado, significa cambio de persona, de familia, de sociedad o cuando hago el ejercicio del buen empleo de los conocimientos que me dieron mis padres, mi familia, mi sociedad y la escuela?

¿O será qué Ser educado, es cuando aprendí a respetarme, a quererme, a querer, a respetar a mi semejante y a la naturaleza?

Bachilleres, médicos, ingenieros y muchos profesionales salen a diario de las escuelas y de las universidades, pero como ser humanos no funcionan, mi familia no funciona, mi sociedad no funciona, menos el sistema, cada día son indiferentes, cada día se destruyen los unos a los otros, a donde a muchos les es más cómodo conseguir bienes, vivir en la guerra que en la paz.

Los títulos adquiridos no me educaron, no aprendí a entender, a comprender ni a pensar por sí mí mismo, sobre mi familia, ni sobre mi sociedad, menos sobre el mundo. No aprendí a ver mi mundo y el mundo en crisis como función de vida, aprendí a vivir por vivir a expensas de otro que me manipula

O será, que soy educado, cuando una verdad la se criticar, no idolatrar, es decir, que aprendí que la educación que me dieron no la separo de los hechos, porque el conocimiento no se estudia por sí mismo, sino, que es una participación entre el individuo y la realidad social, esto es la contextualización de la información recibida en la escuela, es garantizar que tengamos en cuenta los antecedentes sociales, históricos, morales, éticos, espirituales, para que el conocimiento y la educación recibida, den el verdadero significado y sentido a su existencia.

Este educar me va a ser necesario para pensar y entender la realidad como persona, como familia, como sociedad y como mundo, si esto se hace, que difícil les va tocar a los que siempre andan pregonado la mentira, el engaño, el odio, la venganza, con su carita de yo no fui, para conseguir sus intereses personales, para seguir formando mentes corruptas y explotadoras. El problema del Quindío, de Colombia y del mundo, es, no ser educado, es no saber pensar. Cuando un pueblo es engañado. por no saber pensar y comprender, no vivirá en paz y aceptará la guerra y la miseria y seguir realizando la guerra y la muerte, víctimas, de la degeneración política y social en que se vive.

Mahatma Ganhi nos dice: “La persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero”

Esta es la tarea, que realiza el maestro en su labor pedagógica, pero desconocida por quien no creen de su vocación, con su pedagogía de formación, con conciencia crítica y honesta, que promueve la libertad y la verdadera democracia, como facilitadora, para alcanzar los cambios que necesita la realidad social; al contrario, se lo califica como el agua fiesta de los intereses de los gamonales, para seguir defraudando y fomentando la corrupción, con una democracia, de manos en alto, para aprobar sus beneficios y burlarse de la justicia

Cuando hablo de crítica, me refiero a la formación de una conciencia crítica, de una conciencia ciudadana, la que involucra una actitud reflexiva y dinámica frente a los acontecimientos socio – históricos. Es decir, que ser educado es formar personas responsables social y políticamente, para estar en un constante análisis de nuestro contexto, comprensión y solución de problemas en aras de evitar posiciones quietistas, donde la crítica y la acción son los rasgos fundamentales de una mentalidad libre y democrática, para transformarlos, y, así, tener seres educados y educadores, sociedades educadas y educadoras, que, para lograrlo, se necesita de la participación de todos, o sea, cuando se deje que la academia se unte de pueblo.

Ser educado es el mejor vestido para la fiesta de la vida, ser y vivir felices.

Este es el compromiso y el trabajo pedagógico, que adquieren y realizan los maestros. Felicitaciones y éxitos, nos vemos en el camino de la vida.

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