Álvaro Ayala Tamayo

Se demoraron cincuenta años construyendo el túnel de La Línea y ahora nos salen con el cuento que es solo la mitad. Lo que puede configurarse como la estafa y robo de todos los siglos está listo para ser verdad. Descrestando ingenuos algunos avivatos promocionan que el próximo mes de septiembre se dará al servicio la megaobra para unir los departamentos de Tolima y Quindío a través de la cordillera central.

Igualmente explican que es el trabajo más complejo y difícil en la historia de la ingeniería colombiana. Nos creen niños tontos. Su propósito cuando la anunciaron hace 50 años era acortar la distancia entre Bogotá y Armenia, y viceversa, por el difícil ascenso y descenso del mítico alto de La Línea. También, evitar los interminables trancones que allí se formaban por cuenta de los derrumbes. Solo los que padecimos en muchas oportunidades dichos atascos podemos hablar sobre lo que significaba demorar entre 24 y 36 horas semejante inconveniente. Cuando se chocaban dos carros o se rompía el eje de un camión pasaba lo mismo.

Retrasos en la obra y cambio de contratistas fueron las constantes que nos explicaban los gobiernos como disculpa para aplazar y aplazar su entrega. Tramposos, todo era para renegociar y robar. Después que todos los colombianos pagamos el trabajo completo nos entregan la mitad. Es como comprar la boleta de un partido de fútbol y en el descanso de los primeros 45 minutos nos sacan del estadio. Sin tener carros en el trancón y sin refirmar concesiones el presidente Iván Duque tiene la oportunidad de cortar la cinta y ponerla a rodar en septiembre. Nada tiene que ver el actual mandatario con los incontables actos de corrupción y retrasos de la obra. Hay que agradecerle que prometió finalizarla y así fue. De igual forma termina ese desangre al erario nacional. Eso es lo que hicieron y eso entrega.

Al país y a quienes no conocen el sector se les debe decir que el túnel era para abreviar el paso y evitar La Línea. Pero ahora con los hechos nos demuestran que todos los viajeros y transportadores que van de Bogotá hacia Armenia, Cali, Buenaventura, Popayán, Pasto e intermedias seguirán padeciendo el viacrucis. Es decir: en el próximo trancón nos veremos.

Cínicamente anuncian que una parte del trayecto Cajamarca / Calarcá será doble vía. Claro, no construyeron un centímetro de calle. Es la carretera vieja. Ni los huecos los han tapado. ¿Será qué ahora le proponen al país una licitación para construir la mitad del túnel que faltó? Perdón que se robaron. Cuando en la calle se refieren a alguien para señalarlo de ladrón, dicen que se roba un hueco. Aquí esa frase callejera se hizo realidad...los políticos se robaron un hueco de La Línea.