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Columnistas  |  13 febrero de 2018  |  12:23 AM |  Escrito por: Jhon Jairo Armesto Tren

¿Si no es Ordoñez, quién?...pero que por favor se ayuden un poquito…

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Jhon Jairo Armesto Tren

La Colombia no relativista, no continuadora de los privilegios de una clase alta y un gobierno de la supuesta “mayoría menor de 45” causante de muchos males viejos del país; sin contar las otras candidaturas tiene un peor enemigo que los medios de comunicación hegemónicos y la falsa propaganda: sus propios promotores.

La realidad de las realidades es que la gestión de Alejandro Ordóñez Maldonado ha roto un hito histórico en cuanto a la funcionalidad de los entes de control en Colombia que si puede ser posible para controlar los abusos de los poderes públicos y destruir o al menos controlar la corrupción que azota nuestros pueblos en América Latina. Muchos podrán juzgar con raseros diferentes si hubo o no política en muchos juicios y resultados, pero también habría que decirlo de las investigaciones a la corrupción de las EPS por la excontralora Sandra Morelli –que le costó el exilio en Italia al acabar su gestión-; las cuestionables metodologías del dueto Montealegre-Perdomo en la Fiscalía General de la Nación. Los medios y los partidos son igualitarios siempre y cuando los resultados de lo que ellos llaman justicia se da. Para la madre del ladrón, su linchamiento es un crimen, para su víctima justicia. Por eso nació la justicia como fin de la venganza como construcción cultural de la civilización.

En nuestro país, donde fue un hecho la destitución -¿o renuncia voluntaria?- de Gina Parody del ministerio de Educación Nacional debido a una movilización nacional contra la imposición de la ideología de género meses antes del plebiscito de 2016 que en un hecho histórico y contra todo pronóstico ganó el No. En ambos hechos el papel de la población laica del catolicismo y de las comunidades cristianas protestantes –o evangélicas-, entre otros sectores políticos y sociales jugaron un papel importante, Alejandro Ordóñez fue un líder indiscutible. Tanto que se ha vuelto incómodo para los que dentro del uribismo –representado en el liberalismo radical que el mismo Álvaro Uribe representa junto a su sector acompañante de vieja data- y a otros pseudo conservadores, invadidos de discursos influidos por la democracia cristiana alemana y los nombres y formas del neoliberalismo que quieren destruir la naturaleza social del Estado y las raíces y orígenes morales de nuestros pueblos. Nosotros, los uribistas conservadores, tenemos más enemigos a “la derecha” muchas veces incluso que en la “izquierda”.

El problema no es este asunto, es que Alejandro Ordóñez tiene todo para ganar la consulta del 11 de marzo de la Coalición Colombia Despierta –O de Derechas como la llaman despectivamente los medios-, pero su equipo no deja. Más calle y menos Facebook como se hizo en los tiempos de las firmas; una estrategia de medios asertiva, más y mejor inversión en publicidad; y sobre todo, alejar de la publicidad y manejo de redes cualquier indicio de propaganda y ataques contra otros candidatos y por último, así le duela a muchos dejar de lado la imagen del fanatismo religioso. Créanme que mucha gente está de acuerdo con el No y el peligro que corre Colombia, pero desde lo político –no desde el dogma- es más importante alertar a Colombia que entrar en discusiones teológicas que a muchos poco o nada le interesan, y otros no lo entienden. No lo dice un ateo, lo dice un liberal católico.

Espero que esto no quede en saco roto.

*Director publicidad El Nodo Colombia

@armesto1989

[email protected]

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