Se dice que la saliva de los perros tiene propiedades curativas. Si bien es cierto que contiene componentes químicos con propiedades antisépticas que pueden ayudar a prevenir infecciones, no es una sustancia curativa por sí misma. La propia saliva puede contener bacterias que pueden empeorar una lesión. Especialmente si el perro ha estado en contacto con un plato sucio, comiendo algo del suelo o ha interactuado con otros perros que no están supervisados por controles veterinarios.

En un estudio del 2022 publicado en una revista de medicina veterinaria donde se analizaron 26 muestras de saliva canina, encontraron que es muy rica en bacterias con genes de resistencia a los antibióticos, antivíricos y otros, y que estas pueden transferirse a los humanos.

En otra investigación científica, del 2018, se extrajo que hay más bacterias en la boca humana que en la de los perros, y más patógenos en la barba de una persona que en el pelaje de un perro bien cuidado. Ambas bocas contienen millones de bacterias de especies diferentes, algunas de ellas inofensivas e incluso beneficiosas, pero otras muchas son dañinas y pueden representar un riesgo para la salud humana y de los propios perros. Un estudio descubrió que ambas especies solo compartimos el 16,4% de los microbios identificados presentes en nuestras salivas. Además, se ha detectado que la saliva de los perros contiene al menos 12 bandas proteínicas que pueden causar alergias a las personas.

La saliva de los perros puede tener varios beneficios para su salud al lamerse heridas ya que poseen enzimas y anticuerpos que les pueden ayudar, pero también pueden contener bacterias dañinas para los humanos, por lo que, a rasgos generales, la recomendación es que es mejor lavarse las manos o la cara si un perro nos lame.

Lamerse, que es común en comportamientos animales no humanos como en gatos, primates o caballos. Este instinto primario aumenta las posibilidades de supervivencia. Dentro de este instinto atávico, tienen el impulso de limpiar residuos o suciedad de una herida, por lo que, aunque nosotros les realicemos limpiezas concienzudas y con productos incluso más apropiados que su saliva, ellos siguen mostrando este reflejo primario.

Para aliviar el dolor, tal como nosotros nos frotamos una zona golpeada. Un perro que lame una herida o una zona lastimada ejerce una presión similar y envía señales a través de los nervios, bloqueando parte del dolor o el picor.

Propiedades antisépticas. Esta sustancia contiene algunos químicos que pueden ser efectivos para detener la aparición de algunos tipos de bacterias, pero no todas.

Aunque puede tener algunos beneficios, nunca debe confiarse la curación de una lesión a través de la saliva del animal y es necesario contar con un tratamiento profesional veterinario y respetar sus indicaciones. Los perros pueden limpiar sus heridas, pero también irritarlas, mantenerlas húmedas y demorar la curación, o incluso transmitirse más bacterias y causar una infección.