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Columnistas  |  08 noviembre de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Mayo Mejía

De puente en puente

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Mayo Mejía

Termina otro puente, que gracias a la mal concebida ley Emiliani – ¡viva la costa caramba! -convirtió a Colombia junto con la India, en los países con mayor cantidad de puentes festivos, 18 en total. Que tengamos tal cantidad de días inoperantes en el año reducen nuestra competitividad internacional y producen muy poco beneficio monetario por el flujo turístico, comparado con los gastos de infraestructura y logística que requieren, versus los días laborales perdidos y el cese de transacciones de la bolsa y entidades financieras. Su saldo siempre arroja muertos, esta vez 30 personas. Eso sí, deja una masa complaciente y perezosa. Póngale futbol y guaro al pueblo y suban ese I.V.A, lo demás no importa.

Estos puentes no se caen como el puente de Chirajara-10 muertos- y el ahora muy arrugado puente de Hisgaura en Santander, en la vía que conecta Bogotá-Cúcuta, obra adelantada por el grupo español Sacyr, nebulosos y con reiterados incumplimientos, pero salvados como siempre por el gobierno central, que felizmente licita con la corrupta Odebrecth, con tal de salvar los intereses del grupo Aval y de Sarmiento Angulo, o de los amigos de Reficar y Saludcop, que pronto saldrán libres y exonerados, por vencimiento de términos o cualquier otra tecnicismo. Pero qué se puede esperar de una justicia donde un pedófilo, asesino de más de 198 niños tenga la posibilidad de recuperar la libertad, con menos de 20 años servidos – la Bestia Garavito-. Y al señor que se robo un racimo de plátanos, 2 años de cárcel, mientras homicidas y ladrones de vuelta en la calle en no tiempo. La ley en Colombia da risa. Más bien profunda tristeza.

Y así, nos fuimos quedando sin carreteras, sin puentes, sin acueductos, sin ética, sin buenos profesionales, porque la educación pública se acaba y son más los pobres jóvenes que emigran en busca de un futuro. Nos fuimos quedando sin esperanzas, al fin y al cabo que importa nuestro voto, si de todas maneras, solo somos peones de intereses mayores y muy oscuros, que controlan desde lo que vemos hasta lo que comemos.

Se viene una reforma tributaria, otra más, llámela ley de Financiamiento, o como sea. Lo que más me sorprende es la habilidad de los colombianos de aprender todo superrapido y perversamenente torcerlo a beneficio propio, el uso de sofismas por parte de los “spin doctors”, como se les llama, a las mentes maquiavélicas que manejan la información, no es una invención nueva, pero acá logramos el primer premio. No me crean tan no heterosexual.

La reforma y todo el alboroto son una gran puesta en escena, por parte de Uribe y el Centro Democrático.

Es la vanidad la que adorna a Álvaro Uribe. En su semblante complaciente se esconde una mirada perturbadora, de suprema inteligencia y rencor, ahora preocupado por su legado y posibles repercusiones legales. La historia la escriben los ganadores, y el va a ganar sea como sea. Consumado divo de la actuación y manipulación , el pueblo , ya no tan ignorante, lo verá desarticular, cambiar, cuestionar y ahora oponer, todo lo que haga Duque , no solo como estrategia de distanciamiento de la impopular medida y del presidente, sino también para subir su muy decaída imagen e índices de popularidad de cara a las elecciones de 2019. Amigos, el país ya se repartió y se lo quedaron unos pocos.

Ahora marchan las iglesias pentecostales, o evangelistas o cristianas o de garaje, como sea que se llamen, en contra de la cartilla de ideología de género. Sin sorpresa, la mayoría desconoce lo que dice la cartilla y solo repiten lo que les dice el pastor. Que sin sentido, si dios enseña amar al prójimo, porqué estas comunidades odian a todo el mundo. Bueno, ahora que igual nos van a meter la Ley de Financiamiento, como ya fue pactado entre ellos, los pobres de ultraderecha, van a tener que pensar en diezmar o comer huevo.

Si todas las iglesias fuesen gravadas, no tendríamos que reformar ningún impuesto.

¿Notan como la cara de Carrasquilla, siempre tiene un semblante burlón?

ADENDA:
Naranjas con I.V.A de 18%, gaseosas de naranja Postobón sin I.V.A. Esa es la economía naranja para usted mi amigo. Ni modo que le dañen el negocio a Ardila Lulle y al cartel del azúcar.

Colombia inviable.

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