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Columnistas  |  12 noviembre de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Aldemar Giraldo

Duque, mentiroso

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Aldemar Giraldo

Duque, mentiroso

Voy a transcribir algunas promesas hechas por el presidente Duque durante su

campaña:

“Usted me pregunta a mí ¿cómo se pueden bajar impuestos? Usted tiene dos formas. Hay algunos que dicen: sustitúyala, entonces, bájeles a las empresas y súbales a las personas naturales. No estoy de acuerdo con eso, porque en este momento no podemos ponerle más cargas a la clase media”.

“Soy Iván Duque y soy como tú, que quiere tener más oportunidades de trabajo y que no nos suban más los impuestos. Soy como tú. Bajar impuestos, subir salarios”.

“Menos impuestos y contribuciones para mejores salarios”

“Necesitamos recuperar nuestra economía. Cero derroches. Un Estado austero y eficiente que nos permita bajar impuestos y subir salarios”

Pero, este discurso populista contrasta con la propuesta que su gobierno está promoviendo: gravar con un IVA del 18% todos los productos de la canasta familiar (huevo, leche, pollo, carne, pescado, plátano, yuca, arroz, etc.) y disminuir los gravámenes a las grandes empresas con el viejo cuento de la reactivación de la economía; según el “Ministro del agua”,” en los países más avanzados, el 85% de los recursos lo aportan las personas naturales y el 15% restante, las empresas. Eso hace posible diseñar la política tributaria para que sea verdaderamente progresiva, para que la población más pudiente aporte mucho más que la población menos pudiente y se pueda, así, hacer las transferencias para la población menos vulnerable”.

La famosa Ley de financiamiento, o mejor, Reforma Tributaria, busca recoger, como sea, $14 billones, con dolor o sin dolor y arremetiendo contra la clase media colombiana, aquella que defendía durante su campaña. Es claro que el nombre del presidente empieza por IVA y que fue IMPUESTO por su padrino, pero no es justo que acabe con lo último que le queda a la clase popular: el deseo de comer; habrá necesidad de inventar nuevos sancochos sin carne, sin plátanos, sin yuca y sin papa; en un lenguaje claro, la pobreza va a disminuir, pues los más pobres irán desapareciendo uno a uno, sin necesidad de pasar a rendir cuentas en la DIAN. Algo demasiado grave tiene que ver con un vicio muy conocido: Duque le ha dado un duro golpe al PERICO, imagínense los huevos, los tomates y las cebollas con el 18% de IVA. Además, los médicos y nutricionistas disminuirán sus ingresos, pues de ahora en adelante, habrá que dejar el alcohol, la sal, los lácteos, el azúcar, los huevos y las harinas.

Como quien dice, el nuevo presidente, fuera de ser embustero, contribuye al mejoramiento de la salud pública, a la disminución del consumo de alimentos básicos, a la desaparición de empleos de bajo perfil y al entierro de los invisibles, esas personas que estudiaron y trabajaron toda su vida para hacer crecer a Colombia; me refiero a los jubilados, quienes tendremos que pagar impuestos por haber alcanzado un derecho después de un largo trasegar, pues los legisladores confunden una pensión con un sueldo. Si las cosas siguen así, tendremos que hacer lo que recomendaba mi abuela: “Comprar picos de gallinazo para comer mierda, porque la comida se va a poner muy cara”.
 

 

 

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